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Panorámica semanal: China y BCE

Perspectivas 5 marzo, 2019
  • En los próximos días, la actualidad seguirá pasando por China ya que en el gigante asiático tendrá lugar una de las citas más importantes del año: el Congreso Nacional del Pueblo (NPC por sus siglas en inglés). En dicho encuentro, se harán públicos no sólo los objetivos económicos a corto plazo, sino que se transmitirá la estrategia de la segunda potencia mundial para abordar los principales desafíos internos pero también globales.
  • El martes, el primer Ministro, Li Keqiang, se encargará de oficiar la apertura del encuentro y lo hará presentando el informe de trabajo del ejercicio 2019. Éste, en el plano económico, recogerá el objetivo de impulsar la demanda y salvaguardar el empleo mientras se aumenta la ayuda a las pequeñas empresas. Además, con la finalidad de controlar el freno de la actividad, podrían plantearse rebajas fiscales por valor de hasta 300 mm. $, si bien esto no evitará que la meta oficial para el PIB sea acorde con un avance de entre el 6% y el 6,5% este año.
  • La anterior horquilla implicaría la reducción del crecimiento respecto al 6,6% de 2018 que ya supuso la peor cifra de crecimiento desde 1990, cuando China avanzó un 3,8%. A efectos prácticos, lo cierto es que las autoridades chinas tratarán de mantener el crecimiento por encima de la cota del 6% con el fin de no poner en riesgo el objetivo de doblar su PIB entre 2010 y 2020 y con esto, a su vez, se buscaría dar una imagen de fortaleza.
  • Las anteriores cifras ya están descontadas por el mercado, dado que el consenso de Bloomberg apunta un crecimiento del gigante asiático del 6,2% en 2019 y 6,0% en 2020. Además, dadas las dudas razonables hacia la credibilidad de los datos chinos, lo lógico es no quedarse con la tasa de crecimiento como tal, sino con la diferencia aceptada para las tasas de crecimiento entre 2018 y 2019 y esto nos lleva a apuntar que, con independencia de la base con la que se trabaje, lo importante es que los chinos sólo permitirán un freno de la actividad de entre el 5% y el 9%.
  • En otras palabras, la clave estará en qué freno del crecimiento consideran asumible las autoridades chinas, dado que el mantenimiento del actual dinamismo no es una opción, a no ser que se desee echar por tierra los esfuerzos realizados para evitar la acumulación de peligrosos desequilibrios. Sin embargo, el objetivo de promover la desaceleración progresiva de la actividad obligará a las autoridades chinas a asumir ciertas cuestiones como el aumento del déficit público desde el 2,6% del PIB en 2018 (según los objetivos oficiales) hasta cerca del 3% en 2019 o el permiso a los gobiernos locales para la emisión de 2 bill. CNY en bonos dedicados a financiar infraestructuras frente a los 1,35 bill. de 2018.
  • Las anteriores cuestiones vinculadas al Congreso Nacional del Pueblo generarán grandes titulares, pero no serán los únicos procedentes de China al encontrarnos en una semana en la que continuarán las negociaciones con EEUU. A este respecto y en primer lugar, cabe recordar que, días atrás, Trump ya consideró que se habían dado “avances sustanciales” en las negociaciones y que retrasaría la implementación de la subida de aranceles prevista para el 1 de marzo. Un gesto que, seguramente, sea correspondido por las autoridades chinas aprovechando el Congreso Nacional para aprobar una nueva ley de inversión extranjera que prohíba la transferencia forzada de tecnología y la “injerencia” gubernamental en las prácticas comerciales de las compañías extranjeras
  • Por lo tanto, podemos asistir a gestos clave que harán evidente que la rúbrica de un acuerdo definitivo está cada vez más cerca, si bien éste no dejará de suponer un cierre en falso del enfrentamiento entre ambos países, como venimos insistiendo. La lucha es por el dominio de los sectores de futuro y también en el Congreso Nacional del Pueblo podremos asistir al germen de nuevas tensiones de cara al futuro, pues seguramente se hagan públicos los planes para desplegar la red 5G en el conjunto de China que resulta clave para la conducción autónoma o la comunicación de dispositivos entre sí. Una apuesta estratégica que puede llevar a China a dominar el futuro tecnológico y en la que Huawei es clave al ser el principal proveedor de chips 5G del país.
  • La anterior cuestión nos lleva a la crisis desatada a cuenta de la compañía china y en la que Canadá ha sido el coste colateral, además de a las advertencias estadounidenses en materia de seguridad llamando a sus aliados a retirar los equipos de Huawei de sus redes de telecomunicaciones. Un ejemplo que evidencia el carácter estructural del choque entre EEUU y China, apuntando que tendremos que aprender a convivir con esta situación.
  • Además, en clave china, cobra interés volver la mirada hacia otras cuestiones más cercanas que no son menores para los inversores. Por un lado, las disrupciones que empiezan a aflorar en el pago de las obligaciones ligadas a bonos de empresas públicas, destacando los problemas de las compañías vinculadas con las provincias del noreste y oeste de China. En concreto, los “incidentes” se están concentrando en vehículos no convencionales destinados a financiar infraestructuras como los ligados a los gobiernos locales (LGFV). Desde 2014, sólo en Hong Kong, éstos han colocado 36 mm. $ de los que 10 mm. $ vencen en 2019.
  • Las sombras derivadas de la carga de la deuda en China siguen cobrando fuerza, aunque debemos reconocer que la reciente decisión de MSCI de aumentar el peso de las acciones chinas en sus índices puede servir para que, temporalmente, se obvie este hecho. El próximo noviembre, el peso de las acciones chinas cotizadas en mercados de su propio país debería situarse en el 3,3% del índice MSCI de mercados emergentes frente al 0,71% actual. Un hito que servirá para reforzar los mercados domésticos chinos, sobre todo, porque también se incorporarán empresas de mediana capitalización (168) que se vendrán a sumar a 253 grandes. Sin embargo, debemos insistir en que este paso sirve para apoyar el desarrollo de los mercados domésticos chinos, dado que, en el índice MSCI Emerging Markets, las acciones chinas cotizadas en Hong Kong y mediante otros instrumentos en EEUU ya pesaban un 31%.
  • El efecto positivo de esta medida en forma de flujos de entradas en la renta variable del gigante asiático oscilaría entre los 80 mm. $ defendidos por parte de los propios ejecutivos de MSCI y los 125 mm. $ recogidos en algunas encuestas a analistas. No obstante, lo más probable es que la cifra se sitúe en el rango bajo, pues el responsable de la Comisión Reguladora de Valores de China apuntaba un flujo favorable de 89 mm. $. La cuestión es que los flujos de las últimas semanas ya habrían venido adelantando esta noticia, así que, con la confirmación de la noticia, no es esperable un refuerzo de los mismos, en especial, porque el incremento del peso de las compañías chinas se hará en tres pasos de la misma cuantía en: mayo, agosto y noviembre.
  • Como podemos observar, existen múltiples motivos para esperar que China siga siendo uno de los principales centros de atención en los próximos días, pues también asistiremos a datos de cierta importancia en el país. Entre estos cabrá destacar la resistencia del PMI Caixin de servicios que vendrá a sumarse a la inesperada mejora de su homólogo manufacturero desde 48,5 hasta 49,9. Los PMI Caixin pueden dar cierto margen para el optimismo, si bien éste se verá compensado por el deterioro de las exportaciones del gigante asiático en febrero.
  • Junto al Congreso Nacional del Pueblo en China, la segunda gran referencia de la semana tendrá lugar el próximo jueves en Europa y tomará forma de reunión de política monetaria del BCE. Una reunión muy esperada debido a que la entidad actualizará sus previsiones para la zona euro y, seguramente, aborde la reedición de las operaciones de financiación a largo plazo.
  • En cuanto a las previsiones, en Frankfurt ya han apuntado que la actualización se saldará con cifras muy parecidas a las estimaciones de la Comisión Europea. Esto implica que no se preverá un crecimiento del 1,7% para el PIB de la UEM este año y el siguiente, sino tasas de 1,2% en 2019 y 1,5% en 2020. Así, se daría una ligera diferencia a la baja entre las estimaciones del BCE y la Comisión Europea que vendría explicada por el hecho de que en Frankfurt han podido incorporar más información, como el final del año algo peor de lo previsto en Alemania o el arranque de 2019 todavía modesto en la zona euro. Por otro lado, en lo que se refiere a la inflación de la Eurozona, también asistiremos a recortes de las previsiones frente al 1,6% en 2019 y 1,7% en 2020 estimado el pasado diciembre. Unas cifras que podían quedarse en niveles de 1,5%.
  • Sin embargo, las miradas realmente estarán puestas en las operaciones de financiación a largo plazo. Lo más interesante está en que la convivencia del debate sobre los TLTRO III con la revisión a la baja de las previsiones del BCE servirá para alimentar la sensación de que estamos ante una medida que viene a compensar las mayores dudas hacia el futuro, cuando en realidad existen importantes motivos técnicos desde la perspectiva del ratio de financiación estable de la banca (NSFR) para recuperar estas operaciones.
  • No obstante, lo relevante es que los mercados se quedarán con el allanamiento del camino a la recuperación de esta medida, creyendo en IM que lo adecuado sería reeditar este instrumento con una primera operación a 3 años a finales del próximo mes de junio, la cual debería contar con un tipo flexible vinculado a las operaciones a semana (MRO) ya que el BCE, al menos, tiene que generar la ilusión de que será capaz de mover los tipos en un futuro. En cuanto al volumen, podrían sentirse cómodos con asignar un tercio de los recursos actualmente vivos bajo el formato TLTRO II (718,84 mm. €).

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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