Mayor apoyo gubernamental en EEUU

  • El Vix se sitúa muy lejos de los máximos por encima del 80% de mediados de marzo y, de hecho, el pasado viernes cerraba en 38,15%, siendo más significativo que su futuro con vencimiento en mayo cediese hasta 34,77% apuntando así que se espera la continuidad de la reducción de la volatilidad del S&P500 en las próximas semanas. En otras palabras, los inversores parecen descontar que la calma no sólo se prolongará, sino que tomará algo más de fuerza en los próximos tiempos, a pesar de que el S&P500 ha repuntado cerca de un 30% desde los mínimos de marzo y se encuentra a sólo un 15% de los máximos históricos de febrero.
  • El respaldo masivo de los bancos centrales que ha evitado un credit crunch, pero especialmente las esperanzas depositadas en la contención del coronavirus que, a su vez, han llevado a cotizar una reapertura rápida y exitosa de la economía de EEUU han representado el principal apoyo para el movimiento observado en los mercados. En este sentido, más que lo ocurrido en las bolsas, debe ponerse el acento en la reducción del diferencial del Libor 3 meses en dólares frente a las letras del Tesoro de EEUU desde cifras de 142 p.b a finales de marzo hasta rondar los 100 p.b en la actualidad, al tiempo que el spread del high yield estadounidense respecto a la curva Tesoro habría pasado de 10,87 p.p a 7,64 p.p. Unas mejoras que eran ejemplificadas por Ford que, a pesar de caer a bono basura y apuntar que espera pérdidas próximas a los 2 mm. $ e ingresos cercanos a 34 mm. $ en el 1tr20 (vs. -1,1 mm. $ y 40 mm. $ en el 1tr19), conseguía captar en el mercado 8 mm. $ en financiación. De hecho, la fuerte demanda le permitía rebajar el interés exigido en los 1 mm. $ colocados en el tramo a 10 años hasta rondar el 9,6% frente a las cifras del 11% esperadas en un primer momento.
  • La realidad es que los tipos pagados por Ford no tienen nada que ver con los demandados semanas atrás, por ejemplo, en febrero emitía a 5 años al 3,5% y, el viernes, lo hacía al 9%, si bien lo importante es que una compañía como la automovilística estadounidense sigue manteniendo el acceso al mercado y, además, lo hace teniendo que pagar menos de lo previsto. Una situación sólo posible gracias al decisivo apoyo de la Reserva Federal, el cual también era visible en los flujos hacia el high yield estadounidense ya que los fondos enfocados a este segmento (incluidos ETFs) registraban entradas por valor de 10,5 mm. $ en la semana transcurrida hasta el 15 de abril según los datos de EPFR. De forma que las entradas en estos fondos mejoraban en un 49% el anterior máximo histórico registrado dos semanas atrás.
  • La rápida y certera actuación de la Fed ha sido vital para explicar lo ocurrido, pero también otras cuestiones como las medidas de apoyo articuladas desde la esfera gubernamental en EEUU. Un ámbito en el que, seguramente, se darán noticias positivas en los próximos días ya que avanzan a buen ritmo las negociaciones para ampliar la financiación de emergencia a las empresas estadounidenses de menor tamaño. De hecho, el domingo, el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, comunicaba que se estaba cerca de llegar a un acuerdo para proporcionar otros 250 o 300 mm. $ en préstamos a las empresas de menor tamaño. En palabras textuales: “Tengo la esperanza de que podamos llegar a un acuerdo para que el Senado pueda aprobarlo (la ampliación de la financiación) el lunes y que el Congreso pueda retomarlo el martes”.
  • En EEUU, el acuerdo respecto a la ampliación de la financiación a las empresas de menor tamaño puede retrasarse un poco más de lo adelantado, si bien esto no evitará que nos movamos en unos plazos de tiempo realmente breves. Una situación que se ve favorecida por el hecho de que algunos demócratas estén reclamando una rápida activación de la nueva línea de financiación, en especial, los que atisban una carrera electoral más ajustada con los republicanos en sus respectivos distritos. Luego, lo más probable es que la ampliación de la financiación salga adelante con algunos ajustes cosméticos y, además, los republicanos cedan ante los demócratas respaldando más recursos para medidas que pueden definirse de corte más social. De momento, Trump ya se mostraba más receptivo a ampliar la ayuda al sector sanitario.
  • El refuerzo en EEUU de las medidas gubernamentales de apoyo a la economía, mientras que la Fed sigue trabajando en el programa de financiación para las auténticas pymes puede dar nueva munición al bando optimista. La Reserva Federal sigue dando forma al programa denominado Main Street, si bien existen algunas críticas respecto a la definición de los tipos subyacentes que servirán de referencia y la cuantía mínima de los préstamos ya que se exige que sea de sólo 50.000 $ y, en ningún caso, que sobrepase los 100.000$.
  • Sin embargo, las importantes medidas de apoyo en EEUU y el resto del mundo a la actividad económica, tanto desde la política fiscal como la monetaria, no evitarán que los mercados sigan afrontando obstáculos en el corto plazo. El primero deriva de la propia recuperación vivida en dichos mercados, sobre todo, desde la perspectiva estadounidense ya que la propia mejoría obliga a que nada se salga del guión optimista, sino se quiere sufrir un traspié. Además, en caso de aspirarse a nuevos avances, el flujo de noticias debería ser francamente positivo, si bien reconocemos que esto resulta especialmente aplicable a la renta variable y no tanto a la fija al contar con el decisivo apoyo de los bancos centrales.
  • En los próximos días, la continuidad de la temporada de resultados del 1tr20 será el primer gran obstáculo que encontrará en su camino la recuperación de las bolsas, destacando las cifras de: Phillips, Sandvik, Halliburton e IBM (lunes); SAP, Kingfisher, Coca-Cola, Philip Morris y Texas Instrument (martes); Schindler, Randstad, Telia, Ericsson, Akzo Nobel, SHBA, Heineken y At&T (miércoles); Volvo, Bankinter, Credit Suisse, Swedbank, Schneider, Intel, Eli Lilly y Union Pacific (jueves); Acerinox, Liberbank, Banco Sabadell, Vidrala, Viscofan, ENI, Sanofi, Andarako, American Express, Boeing y Verizon (viernes).
  • En el corto plazo, un número creciente de compañías informará del peor desempeño de sus beneficios e ingresos, al tiempo que intenta no dar demasiadas pistas sobre sus previsiones. Por ejemplo, los datos de Refinitiv apuntan que el consenso de analistas espera un descenso del 15% a. de los beneficios del S&P500 en el 1tr20 y del 10% en el conjunto del año. Por su parte, en Europa, los propios datos de Refinitiv adelantan el peor año de resultados empresariales desde 2008, dibujando una caída del -22% a. de los beneficios de las compañías del STOXX Europe 600 durante el 1tr20 frente al repunte del +10,5% a. esperado a principios de año. No obstante, en el caso del índice del Viejo Continente lo peor todavía estaría por llegar al descontarse caídas de los beneficios del -34,2% a. en el 2tr20 y del -25,5% en el 3tr20. Un escenario que llevará a muchas compañías a no dar previsiones formales para 2020, como ocurría con ASML, o simplemente a no darlas, siendo éste el caso del Volkswagen.
  • Ante la situación descrita, las meras decepciones empresariales seguramente pase factura a las bolsas en el corto plazo; circunstancia que no evitará que haya valores ganadores y perdedores. De hecho, las miradas seguirán estando puestas en las empresas que mejor puedan superar la actual crisis y, en este sentido, la superveniencia con garantías se convertirá en más relevante que la rentabilidad en el corto plazo, haciendo que las posiciones de liquidez de las compañías sean más relevantes que sus resultados.
  • En paralelo, en los próximos días, el otro gran obstáculo para el mercado puede provenir de la generalización de lecturas más críticas de ciertas informaciones que propiciaron el tirón de los mercados en la parte final de la semana pasada. Éste sería el caso del supuesto éxito de un medicamento contra el COVID-19 desarrollado por la estadounidense Gilead Sciences, a pesar de que los resultados según los planteaba Stat news resultaban bastante esperanzadores.
  • El supuesto éxito del antiviral remdesivir de Gilead, bajo otras circunstancias, seguramente habría sido ignorado como así se apuntaba en distintos foros. En primer lugar, los datos aportados en los últimos días todavía no han sido verificados por la propia Gilead y tampoco incluyen las necesarias comparativas con otros entornos. En segundo y más importante, habría que esperar a tener lo que se denominan “datos controlados” y no de un único centro y, de momento, en la llamada carrera mundial contra el COVID-19 ya se han dado casos en los que, inicialmente, medicamentos esperanzadores han revelado unos “datos controlados” decepcionantes.
  • Por otro lado, respecto al supuesto caso de éxito de Gilead en Chicago crece la sombra de la sospecha por lo limitado de la información respecto a los buenos resultados de remdesivir, especialmente, porque se duda del cribado de los pacientes sometidos al tratamiento. A este respecto, las fuentes de la compañía apuntaban a que las pruebas se habrían realizado con personas en estado “severo”, pero se especula con el estudio excluyó a pacientes que ya contaban con ventilación mecánica y a otros con patologías importantes.
  • En otras palabras, la falta de datos de control, el proceso de selección de los pacientes del estudio, el uso en los documentos publicados de expresiones como “la mayoría” o “hemos visto personas” o que, a nivel mundial entre los pacientes realmente graves de COVID-19 sólo el 22% fallezca aún sin contar con el tratamiento idóneo, provocaba que las voces críticas hacia el estudio de remdesivir se multiplicaran. Por lo tanto, se generalizan las voces versadas en el asunto que hablan de falta de análisis crítico y datos anecdóticos al no encontrarse controlados.
  • El hecho de que todos anhelemos “un tratamiento efectivo” contra el COVID-19 y, sobre todo, fácilmente accesible, no debe llevarnos a abandonar la cautela a este respecto. Además, la Organización Mundial de la Salud apuntaba que no existe evidencia científica respecto a que quienes han superado la enfermedad experimenten una fuerte resistencia frente a la misma, más allá de un grupo reducido de población. De forma que, a pesar de la carrera mundial contra el COVID-19 que seguramente acabe teniendo éxito en unos meses, las actitudes más cautas hacia el nuevo coronavirus pueden resurgir en los próximos días y, con ello, en lo que se refiere a los planes de Trump para reabrir la economía de EEUU.
  • En primer lugar, cabe destacar que el hecho de que el presidente de los EEUU acabase planteando su acción para retornar a la normalidad como unas grandes directrices para los gobernadores estatales, se convertía en el mejor reconocimiento implícito de que la decisión última estaba en el tejado de dichos gobernadores y no en el de la Casa Blanca. No obstante, el paso dado supone una importante presión a favor de que se cumplan los dictados de Trump y, en este sentido, la gobernadora de Michigan apuntaba que tiene la esperanza de que el estado pueda comenzar a reactivar partes de su economía a partir del 1 de mayo; justo días después de enfrentar un aluvión de críticas por sus estrictas medidas para combatir el nuevo coronavirus.
  • Por lo tanto, Trump aún sin tener la competencia última estaría consiguiendo su objetivo, si bien cabe plantearse que no todos los estados de EEUU se encuentran en la misma posición y, aunque algunos puedan empezar a normalizar su actividad a partir del 1 de mayo, otra parte importante del país no lo está. Así que debe afrontarse con espíritu crítico el optimista calendario presidencial que, a su vez, genera otros importantes riesgos, a pesar de que las tres fases de reapertura de la actividad vinculadas a periodos de 14 días para vigilar la evolución del COVID-19 hacen que el proceso sea mucho menos inmediato de lo percibido.
  • Ahora bien, la clave está en cuántos estados tienen las herramientas para realmente lograr una vuelta a la normalidad con garantías y, según muchos expertos, la respuesta es ninguno. En este sentido, no debe obviarse que en EEUU sólo se han hecho test a algo más de 3,8 millones de personas para detectar el COVID-19 y esto equivale a poco más del 1% de la población. Además, en las últimas dos semanas el número de pruebas para detectar el nuevo coronavirus se ha mantenido estable en cerca de 140.000 diarias y ningún estado, actualmente, cuenta con las herramientas suficientes para detectar y controlar rápidamente los potenciales focos de nuevos contagios.
  • Por lo tanto, a día de hoy, la reactivación progresiva de la actividad en EEUU teniendo en cuenta, primero, los riesgos de transmisión y, segundo, la importancia económica de cada sector, parece lo más adecuado frente a las prisas para lograr una normalización mucho más global. La realidad es que, dada la situación en la que nos encontramos, se antoja más recomendable una estrategia garantista en cuanto a la reapertura que abordar el riesgo de un rápido rebrote de la enfermedad que nos lleve, de nuevo, al punto de partida, pues esto sí sería realmente dañino para la actividad.
  • No obstante, entre tanto debate, debemos quedarnos con otro dato como que el 71% de los estadounidenses prefiere esperar a tener certezas respecto a la evolución del COVID-19 antes de volver a su vida normal; respuesta que parece lógica en un país en el que las defunciones por la enfermedad superan las 40.000 y, sobre todo, en el que la factura médica de una enfermedad puede llevar a la ruina a muchos. Además, el 37% de los habitantes del G-7 reconoce que sus ingresos han caído durante la actual crisis e, incluso, un 8% apunta que los ha perdido en su totalidad.
  • A la postre, con independencia de los planes de los políticos o de la propia evolución del COVID-19, lo único cierto es que resulta mucho más difícil reactivar una economía que frenarla en seco. En la práctica, descontando que cualquier rebrote de la enfermedad sea rápidamente controlado y no se den obstáculos de importancia en la reactivación económica, puede plantearse que EEUU recupera los niveles de PIB del 4tr19 a finales de 2021 después de haber tocado suelo en el actual trimestre.
  • El anterior escenario debe considerarse como positivo y resulta suficiente para que algunos inversores puedan comprar, actualmente, renta variable y otros activos pensando en que la normalidad se habrá instalado a partir de finales de 2021 y que compran los beneficios futuros generados desde entonces con un descuento en la actualidad. Un descuento ligado al previsible desplome de los beneficios empresariales este año y el siguiente. Ahora bien, la clave radica en si todos los inversores son conscientes de los potenciales tiempos de la recuperación en EEUU y que, realmente, están comprando los beneficios del S&P500 a partir de finales de 2021; bajo una aproximación optimista al actual escenario.
  • Luego, podríamos estar ante obstáculos a corto plazo que pueden dar forma a traspiés puntuales del comportamiento de las bolsas mundiales y cuyo foco estaría en las plazas estadounidenses. No obstante, en la Reserva Federal son plenamente conscientes de este hecho y esto implica una importante garantía de cara al futuro en forma de su apoyo. Por ejemplo, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, incide en que el proceso de normalización de la economía de EEUU llevará su tiempo y su homóloga de la Fed de Cleveland insistía en la importancia de no dar pasos en falso durante el proceso de desescalada.
  • La confianza en el respaldo de la Reserva Federal es una importante garantía para los mercados desde una perspectiva de medio plazo, si bien en el plazo de unos pocos días no garantiza un viento a favor constante en los mercados. De forma que esta semana deberemos prepararnos para asistir a más ruido, sobre todo, cuando nos encontramos en un contexto de movimientos demasiado rápidos que han dejado a la cautela en el olvido durante las últimas semanas.
  • Entre las cuestiones estadounidenses y globales, tampoco deberemos descuidar la reunión del 23 de abril de los líderes de la UE para tratar las potenciales opciones con el fin de reactivar la economía europea. En cuanto a esta tarea, el responsable del ESM calculaba que serían necesarios, al menos, 500 mm. € para estimular la economía; cifra coincidente con la propuesta inicial de Francia. Ahora bien, la pregunta es de dónde se sacará este dinero y la respuesta del citado responsable del ESM es que debe tenerse una “mente abierta”, llegando a señalar algunas posibilidades adicionales como el hecho de recurrir a los propios presupuestos de la UE.
  • La realidad es que en la UE, sin una segunda fase de acción centrada en los estímulos, el trabajo se quedaría a medio hacer y sería más difícil la reversión del daño económico sufrido por algunos países europeos. Un daño que, por ejemplo, se evidenciaba en el desplome de las matriculaciones de coches de la UE en un 51,8% a. durante el mes de marzo, situando la patronal ACEA en el 85,4% a. el colapso vivido en Italia. De hecho, ante datos como el anterior, resulta lógico que el Banco de Italia ya adelante una contracción próxima al -5% trim. del PIB transalpino durante el 1tr20; cifra que la entidad elevaba al -6% trim. para la actividad industrial italiana al estimar que ésta se desplomaría un -15% m. en marzo.
  • Mientras tanto, en el Reino Unido, el BoE mantendrá su ritmo de compras de deuda soberana durante la presente semana al adquirir otros 13,5 mm. £ de Gilts como parte de su QE de 200 mm. £, al mismo tiempo que ratifica su apoyo al crédito a las pequeñas y medianas empresas. Todo ello a la sombra de unos datos británicos que continuarán mostrando la erosión de la economía, estribando su interés en cuánto se desviarán de las estimaciones del consenso de mercado debido a lo incierto del escenario.
  • Los PMI de abril del Reino Unido se mantendrán en niveles de alarma con el índice de servicios cediendo desde sus cifras de 34,5 del mes anterior como consecuencia de su mayor exposición a la restricción de la actividad, alineándose así este indicador con los malísimos datos de confianza de los consumidores británicos según el instituto GfK (-40 abril vs. -9 marzo). Por su parte, las ventas minoristas británicas también experimentarán un esperable desplome en marzo (-4,5% m.), a pesar del alza de las compras de productos de primera necesidad, y el IPC del mismo mes sufrirá la caída de los precios del crudo al ceder hasta 1,4% a., sin que deban descartarse cifras menores.
  • En cuanto a los datos, los grandes protagonistas en la UEM serán los indicadores adelantados y estos seguirán dibujando un futuro bastante negativo, siendo el mejor resumen de esto los niveles de 26 del PMI compuesto en el mes de abril. Unas cifras que serán resultado de la combinación del frenazo de la actividad real con la lógica sobrerreacción a la baja en las respuestas ante un momento de extrema incertidumbre como el actual.
  • Por otro lado, en Alemania, el protagonismo se lo llevarán los IFO que apuntarán lo difícil de la situación, en especial, desde la perspectiva del momento actual que arrojará una mayor caída en el mes en comparación con el índice de expectativas. Un patrón en las respuestas que será más acusado en las dadas por los analistas e inversores alemanes y recogidas por el instituto ZEW, pues en abril el retroceso comedido de las expectativas convivirá con el gran desplome de la lectura de la situación actual. De la misma forma, los desplomes se extenderán a las confianzas de los consumidores ya que la realizada por la Comisión Europea para la UEM caerá hasta -20 y la elaborada por el instituto Gfk para Alemania lo hará hasta -2,0, lo cual resulta lógico en un contexto de fuerte incremento del desempleo e incertidumbre.
  • En cuanto a EEUU, las peticiones semanales de desempleo cederán en su ritmo de repunte pero podrían situarse en cotas de 4 millones, mientras que los PMI recogerán lo excepcional de la situación en las últimas semanas y el índice de servicios rondará cifras de 30 en abril. Tampoco serán mejores las órdenes de bienes duraderos que, al menos, caerán un -7,5% m. en marzo, mientras que la confianza de Michigan confirmará sus malas cifras de abril con cifras que rondarán los 70 puntos.
  • Finalmente, el petróleo seguirá dando mucho de lo que hablar después de un acuerdo de la OPEP+ pensado para equilibrar la oferta de crudo a su demanda durante la fase de recuperación que se descuenta en la segunda mitad del año, pero no en el corto plazo. De hecho, esta madrugada, el precio del WTI se desplomaba por debajo de los 15$/barril y se situaba en cifras no vistas desde 1999. En el corto plazo, seguiremos afrontando una situación excepcional en el petróleo derivada del desplome de la demanda y el hecho de que la capacidad para almacenar los excedentes puede agotarse en semanas a escala global, si bien en determinadas áreas geográficas ya se encontraría casi agotada. De forma que la gran cuestión radica en que cuando nos movemos con caídas de la demanda cercanas a los 23,5 mbd como las que se promediarán durante el 2tr20, la única opción para poner coto rápidamente a las presiones a la baja sobre el crudo es implementar recortes de oferta de una entidad similar y de forma creíble

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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