Otro nuevo curso desafiante

El nuevo episodio de tensión entre EEUU y China, los problemas políticos en Europa, el recordatorio de la endeble situación económica de países como Argentina y, sobre todo, la constatación de los síntomas de freno económico ejemplificados por el propio gigante asiático y países del peso de Alemania hicieron resurgir las inquietudes de los inversores durante el mes de agosto.

Unas inquietudes que parecían perder algo de fuerza en los últimos días del mes pasado, a pesar de que los riesgos siguen muy vivos como así lo atestiguaban las últimas informaciones conocidas durante el fin de semana.

En la madrugada del sábado, los PMIs oficiales de China daban una de cal y otra de arena, pues el índice del sector servicios repuntaba ligeramente en agosto hasta 53,8 mientras que su homólogo manufacturero cedía ligeramente hasta 49,5. Ahora bien, actualmente, lo verdaderamente importante son las referencias de la industria ya que se encuentra en el ojo del huracán y éstas no son positivas en China, debiendo recordar que en este país dicha industria tiene tal peso que puede condicionar fácilmente el devenir del conjunto de la economía.

El PMI manufacturero oficial apuntaba la continuidad del freno de la industria del gigante asiático, si bien el índice elaborado por Markit dibujaba una imagen algo menos débil al repuntar hasta 50,4 en agosto de acuerdo con las cifras conocidas esta madrugada. No obstante, en conjunto, los indicadores adelantados de la industria china dibujan un horizonte de menor crecimiento que en el pasado, mientras que en los servicios las señales de dichos indicadores serán mixtas ya que la resistencia del PMI oficial chocará con las cifras algo más modestas del índice de Markit que arrojará, el próximo miércoles, pocos cambios en agosto respecto a sus cifras de 51,6 de julio.

De vuelta a la industria de China, la realidad es que su producción sorprendió claramente a la baja en julio al crecer sólo un 4,8% a.; una cifra que era la más baja desde febrero de 2002 y que llevaba a las autoridades a reconocer que se necesitarán “arduos esfuerzos” para cumplir la meta de 2019 acorde con un crecimiento de la actividad industrial de entre el 5,5% y el 6,0%. En este caso se podía echar la culpa al desafiante escenario para la demanda externa, si bien el verdadero problema estriba en que la demanda interna no está siendo el salvavidas deseado para el gigante asiático. En julio, las ventas minoristas chinas frenaban hasta registrar un crecimiento del 7,6% a. que se quedaba 1 p.p por debajo de lo esperado por el consenso de Reuters, situándose su avance en el promedio del año en 8,3%.

El PIB de China frenaba hasta 6,2% a. en el 2tr19 y los últimos datos, tanto reales del mes de julio como adelantados de agosto en forma de PMIs oficiales, apuntan que el crecimiento chino caerá por debajo del 6,0% a. en la segunda mitad de 2019. Luego, empezamos una nueva semana y un nuevo curso y la realidad de los datos nos recuerda que el freno chino persistirá, lo cual implica que las inquietudes hacia la actividad global pueden perder fuerza en algunos momentos pero no desaparecerán.

Por otro lado, aunque los inversores redujesen su nivel de inquietud en los últimos días de agosto, las diferencias comerciales entre EEUU y China persisten y la situación a principios de septiembre es peor que la atesorada a finales de julio. El sentido común llevó a ambas partes a reducir el nivel de tensión en los últimos días ya que nadie quiere evolucionar hacia un escenario de choque total en el ámbito comercial, dadas las repercusiones del mismo.

Sin embargo, la semana pasada sólo hemos asistido a palabras más amables y lo único cierto es que EEUU aumentará los aranceles a los productos del gigante asiático, a pesar del tono más conciliador. De momento, 125 mm. $ en productos chinos tienen que hacer frente a un arancel adicional del 5% desde el 1 de septiembre, cifra a la que sumarán 175 mm. $ a partir del 15 de diciembre. En la dinámica de acción-reacción que se vive y dado este trasfondo, sólo cabe esperar que Pekín reafirme sus represalias en el caso de que Washington no dé un paso atrás.

La realidad de los hechos debería pesar más que la reanudación de los contactos entre China y EEUU, volviendo a ser el comercio una fuente de ruido en los próximos días. De momento, hoy, la festividad del día del Trabajo en EEUU y Reino Unido permitirá a los inversores de ambos países el disfrute de un pequeño descanso antes de volver a la actividad en una semana que se presenta intensa, también desde la perspectiva de las referencias macroeconómicas.

El martes y aunque la actividad manufacturera tiene un peso reducido en EEUU, conoceremos un dato clave en estos momentos como es el ISM manufacturero del mes de agosto y éste arrojará mínimos cambios frente a las cifras de 51,2 de julio. Un indicador del que cabrá destacar la debilidad de la componente de pedidos, la cual vendrá a sumarse a la confirmación del PMI manufacturero en cifras anémicas de 49,9. Por el contrario, en la misma jornada, el gasto estadounidense en construcción mostrará un tono algo mejor al repuntar un 0,5% m. en julio, aunque después de su retroceso de -1,3% m. en junio. Un dato que siempre causa interés, si bien debe reconocerse que en la actual fase expansiva se ha tornado en algo secundario.

Más relevante que el gasto en construcción será el ISM de servicios y los datos de órdenes de bienes duraderos al permitirnos esbozar el futuro de la economía de EEUU. En ambos casos estaremos ante cifras que conoceremos el jueves y que tendrán un carácter agridulce. Por un lado, el ISM confirmará su paso atrás de julio al situarse en 53,6 en un contexto en el que la componente de actividad generará dudas. Por otro, en los datos de pedidos industriales lo importante estará en los detalles ya que los pedidos de fábrica arrojarán un sólido avance del 1,0% m. en julio, pero las órdenes de bienes duraderos sin equipo de transporte confirmarán su deterioro del -0,4% m. en julio y los embarques de bienes de capital su retroceso del -0,7% m. en el mismo mes. Un dato que supone un toque de atención sobre la evolución de la inversión en EEUU después de que la destinada a bienes de equipo sólo aumentase un 0,7% trim. a. en el 2tr19.

La guinda al pastel de las referencias en EEUU será puesta por las relativas al mercado laboral, empezando por las cifras de ADP de empleo de agosto que conoceremos el jueves como consecuencia del festivo de hoy lunes. Éstas arrojarán un freno nada preocupante de la creación de empleo hasta rondar las 150.000 nuevos ocupados; cifras que no distarán mucho de los 155.000 nuevos empleados que apuntarán las nóminas el próximo viernes. En ambos casos estaremos ante cifras algo menores que en el mes precedente y en niveles que el mercado considerará asumibles para que la Fed articule nuevos estímulos, sobre todo, después de que el avance de los salarios modere hasta 3,1% a. en agosto, según nuestra previsión

En esta ocasión, los motivos detrás de datos como los del mercado laboral en EEUU pasarán a ser algo secundario para el mercado respecto a sus propias cifras, dado que el interés radica en que sus niveles no sean un obstáculo para una mayor generosidad por parte de la Fed. Desde esta perspectiva, se entenderá que datos de creación de empleo próximos a 150.000 nuevos ocupados en un contexto de ligera moderación de los salarios no lo son.

El próximo miércoles, desgraciadamente, la publicación del Libro Beige de la Fed no servirá para despejar la incógnita de hasta dónde pueden llegar los movimientos de tipos por parte de la institución. La descripción del escenario de EEUU que se realiza en este documento resulta mucho menos clarificadora que en el pasado y, además, algunos de sus apuntes chocan con lo expresado después en otros documentos de la institución y por sus miembros clave. De la misma manera, la pequeña avalancha de declaraciones de miembros del organismo en la misma jornada (Williams, Evans, Bullard, Bowman y Kashkari) también será una fuente de ruido, pues el distinto sentir de los mismos hará que convivan mensajes apuntando rebajas de tipos de mayor calado con otros acordes con ajustes de mitad de ciclo.

No obstante, lo único cierto es que los datos condicionarán la actuación de la Reserva Federal y esto implica que si las tensiones comerciales infligen un daño mayor a la actividad económica o, al menos, se teme que puedan hacerlo, la institución no dudará en bajar los tipos de forma más decidida. De hecho, en Jackson Hole, Powell hablaba de “nuevo desafío” al referirse a la incertidumbre comercial e insistía en que se actuará de manera apropiada para dar continuidad a la expansión económica.

De nuevo, retornamos a las cuestiones comerciales y esto nos recuerda que no debemos dejar de lado la balanza comercial de EEUU, que conoceremos también el miércoles, y otras cuestiones como la evolución de los tipos de cambio, pues a buen seguro sus niveles no pasarán desapercibidos ni para Trump ni para el mercado. El yuan empezaba septiembre en 7,15 unidades por dólar después de experimentar en agosto la mayor caída mensual en 25 años, al tiempo que el euro consolida su infravaloración frente al billete verde al cruzarse en 1,099.

Antes de saltar Europa, tampoco debemos obviar que en estos momentos de duda también se tendrá muy presente la inversión de la curva estadounidense que llegaba a afectar al 3 meses – 30 años. Al cierre de septiembre, el 3 meses americano se situaba en 1,976% frente al 1,964% de la rentabilidad del 30 años.

En el Viejo Continente, a pesar de la importancia de ciertas referencias, la política seguirá teniendo un papel primordial empezando por Italia. El encargo de conformación de gobierno a Conte y la predisposición del Partido Demócrata (PD) a negociar han alimentado la calma de los mercados, los cuales deberían poner en valor al comienzo de la semana el optimismo expresado por el propio Conte respecto a su capacidad para llevar a buen puerto la tarea encomendada. De hecho, ha establecido el próximo miércoles como fecha límite para dar forma a un gobierno y un programa. Una circunstancia que parece suficiente para el mercado, a pesar de que la experiencia nos recuerda que estamos lejos de una solución definitiva y, seguramente, asistamos a otro gobierno de corta duración. La animadversión del PD y M5S es de sobra conocida y el único interés que les une es el de evitar la celebración de elecciones que podría reforzar el poder de La Liga.

Mientras tanto, en Reino Unido, la decisión de Boris Johnson de suspender la actividad del parlamento británico desde el 10 de septiembre hasta el 13 de octubre afrontará, en los próximos días, 3 batallas judiciales en cortes de Edimburgo, Belfast y Londres con el fin de dar marcha atrás a esta decisión. Sin embargo, parece que pueden servir de poco para desactivar la decisión de Johnson ya que, de acuerdo con expertos en derecho británico, incluso si la justicia termina impugnando la decisión del primer Ministro, éste no se encontraría obligado a anular la suspensión parlamentaria.

En cuanto a los datos en la zona euro, sobresaldrán las referencias de la industria alemana y, en particular, las órdenes. La cartera de pedidos de la industria de Alemania ha registrado mínimos cambios en los últimos meses y alcanza para cubrir la actividad de 5,7 meses en el sector manufacturero. En junio, las órdenes manufactureras alemanas rebotaban un 2,5% m. pero lo hacían sin bases sólidas, retornando en julio a los descensos (-1,5% m.) ante el contexto de enfriamiento de la actividad europea y la continuidad de la incertidumbre comercial global. A la postre, esta referencia será la auténticamente importante más allá del tímido avance de la producción industrial germana durante el mes de julio que conoceremos el viernes.

Las órdenes reafirmarán el oscuro horizonte para la industria de Alemania que será hoy enfatizado por el dato final de agosto del PMI manufacturero germano. Éste no dará sorpresas al ratificar su tímido avance hasta 43,6, si bien lo importante será lo depresivo de estos niveles que se conjugan con unos IFOs que asignan una probabilidad del 0% a la expansión de la economía de Alemania. Luego, existen importantes motivos para articular estímulos en la mayor economía de Europa, debiendo estar atentos hoy a las potenciales medidas contra el cambio climático que anuncie Merkel ya que pueden servir de excusa para empujar el gasto.

En Europa, junto a las referencias de Alemania, cabe destacar las del conjunto de la Eurozona, recordando hoy los valores de 47,0 del PMI manufacturero los problemas en la industria del área, mientras que el miércoles el protagonismo recaerá en el paso atrás de las ventas minoristas en julio (-0,5% m.) y, el viernes, en la descomposición del PIB del 2tr19. En dicho periodo, la UEM frenó su crecimiento hasta 0,2% trim., revelando la descomposición de las cifras el peso que supuso en las mismas la demanda externa y el freno del consumo privado.

Finalmente, en un comienzo de mes que hará palpable la continuidad durante el otoño de los problemas que tomaron fuerza en agosto, cabe destacar la reinstauración de controles de capitales en Argentina. El domingo, las autoridades del país imponían controles monetarios a las empresas para evitar la fuga de capitales con el fin de aliviar el fuerte deterioro del peso argentino que ya se cambia por 59,5 dólares. El banco central de Argentina exigirá a los exportadores que repatríen las ganancias de las ventas en el extranjero, mientras que todas las compañías, no solo los bancos, deberán solicitar autorización para vender pesos por moneda extranjera. La medida llegaba después de que las reservas internacionales de Argentina menguasen en casi 3 mm. $ entre las jornadas del jueves y el viernes.

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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