Ciertas informaciones favorables

  • En los mercados, se está considerando los pasos hacia la reapertura económica sinónimo de recuperación y esto es cierto sólo en parte, dado que algunas heridas económicas serán más profundas de lo que ahora se cotiza. Sin embargo, dichas heridas serán más visibles cuando con el paso del tiempo no acaben de sanar, pero dicho paso del tiempo no implica un proceso de unos días o semanas. Así que, a corto plazo, los mercados seguirán caracterizándose por un comportamiento positivo, apoyándose en cuestiones tales como la relajación de las restricciones a la actividad a lo largo del mundo y el goteo de noticias que hacen creer en que, tan rápido como en septiembre, tendremos una vacuna efectiva, segura y de fácil acceso a escala mundial frente al Covid-19.
  • Entre las cuestiones anteriores y, dado lo acelerado del proceso y de la producción, también habrá que testar la supuesta seguridad de dicha vacuna. Sin embargo, en estos momentos, dicha cuestión es lo de menos para los mercados que, simplemente, suman a los argumentos a favor del optimismo el hecho de que se precipite la comercialización de la vacuna frente al Covid-19. La compañía que garantiza esta proeza es AstraZeneca tal y como publica en su propia web: “La compañía ha concluido los primeros acuerdos para (proveer) al menos de 400 millones de dosis y ha asegurado, hasta el momento, la capacidad de fabricación total para 1.000 millones de dosis y comenzará las primeras entregas en septiembre de 2020. AstraZeneca tiene como objetivo concluir acuerdos adicionales respaldados por varias cadenas de suministro paralelas que expandirán la capacidad adicional, en los próximos meses, para garantizar la entrega de una vacuna accesible a nivel mundial”.
  • Ante las anteriores informaciones y cuestiones como que en Nueva York empezarán a aliviarse las restricciones a la actividad tan pronto como el 8 de junio o los nuevos pasos hacia una situación menos anormal en países clave de Europa como Reino Unido o Francia, los inversores siguen cotizando un futuro mejor. En el primer caso, Boris Johnson apuntaba que Inglaterra ya está preparada para moverse hacia “la fase dos”, lo cual implica medidas como la reapertura del comercio minorista y las escuelas a partir de hoy. En paralelo, Francia relajará las restricciones de viaje dentro del país y permitirá que las escuelas, cafeterías y restaurantes vuelvan a abrir. Dos ejemplos dentro de Europa que seguirán respaldando la mejora del sentimiento entre los inversores, sobre todo, porque a éstos se suman otros más allá del Viejo Continente, tales como los planes para relajar las restricciones en países como la India.
  • Los potenciales avances médicos frente al nuevo coronavirus, además de la proliferación de los planes de estímulo económico a lo largo del mundo, ahora se especula con que Reino Unido anunciará un gran plan centrado en la inversión en infraestructuras y creación de empleo antes del verano, están sirviendo para olvidar los potenciales puntos débiles. De hecho, bajo la mentalidad actual, podría asumirse sin grandes problemas un 2tr20 peor de lo previsto en cuanto a los PIB y tampoco parecen importar algunas notas de atención relativas al Covid-19. Ayer, en EEUU, los datos de contagios mejoraban, aunque en términos absolutos, desde el día 27 de mayo, en cuatro ocasiones se ha superado la media semanal de nuevos casos y, además, las cifras relativas han experimentado algún pequeño pico, como el ocurrido el 29 de mayo, cuando los contagiados repuntaron en un 1,7% frente al 1,3% del promedio semanal. Unas cifras que eran resultado del deterioro de los datos en estados como Tejas y Florida; territorios que se han caracterizado por su mayor laxitud frente a la crisis sanitaria. En la práctica, un “grano no hace granero” y, además, las esperanzas depositadas en una vacuna temprana ayudan a que los inversores relativicen todos estos datos, si bien no deben perderse de vista para evitar sustos.
  • De momento, el aspecto que tampoco alterará de forma decisiva el escenario de recuperación económica planteado por los inversores es el enfrentamiento de EEUU con China ya que, en el peor de los casos, generaría tropiezos puntuales. Trump utiliza a China como una potente baza electoral y para tapar sus carencias en la gestión de la crisis del Covid-19 de cara a los comicios presidenciales de noviembre, pero también necesita llegar a dicha cita con el S&P500 en niveles, al menos, similares a los alcanzados a principios de año y con un dato de PIB del 3tr20 que avale la fuerte recuperación económica de EEUU. Un dato que se conocerá unos días antes de las elecciones, previstas para el 3 de noviembre, y que Trump achacará al éxito de su rápida acción desde la Casa Blanca precipitando la toma de medidas por parte del Congreso y el Senado de los EEUU. Éste es el discurso que quiere realizar el actual presidente estadounidense y sabe que podría verse quebrado, si el choque que ha promovido con los chinos escala hasta tal punto que se ponga nuevamente en duda los flujos comerciales mundiales.
  • La anterior realidad hace que el conflicto comandado por Trump continúe moviéndose en el plano básicamente político y, de hecho, las medidas con un mayor perfil económico podríamos denominarlas de “ajuste fino”. En este capítulo se incluyen los nuevos obstáculos a Huawei o el endurecimiento de los requisitos de las empresas chinas para cotizar en EEUU, al tiempo que se quiere poner en duda su plan B que consiste en cotizar en Hong Kong aprovechándose de su reconocimiento como gran plaza financiera internacional.
  • El viernes, Trump apuntaba que retirará el trato preferencial otorgado por EEUU al territorio hongkonés, al tiempo que anunciaba nuevas restricciones de entrada a territorio estadounidense para los ciudadanos chinos con vínculos delicados desde el punto de vista de la seguridad nacional o el desarrollo de ámbitos sensibles de conocimiento. Unas medidas que, junto a las nuevas sanciones a oficiales chinos, demuestran que Trump seguirá optando por la presión de “ajuste fino” y esto es más que asumible para los mercados. De hecho, el pasado viernes, el S&P500 rebotaba casi un 1,4% con las palabras del presidente hasta cerrar un 0,48% al alza.
  • No obstante, de aquí a principios de noviembre, Trump generará nuevos momentos de ruido que darán lugar a cierta volatilidad en los mercados, si bien esta posibilidad simplemente debe asumirse y ya está. De hecho, uno de sus objetivos, más allá de China, seguramente sean las compañías tecnológicas al representar un buen “saco de boxeo” ante su electorado, tal y como demostraba su último choque con las redes sociales, centrando sus críticas en Twitter. Ahora bien, la clave radicará en que, en ningún momento, Trump sobrepase el punto de ruptura y, seguramente, se cuide mucho de hacerlo y, en el caso de ocurrir, no dudamos de que rápidamente dará marcha atrás. Un buen ejemplo de ello es que Trump ha señalado el acuerdo comercial de “Fase 1” con China, pero nunca ha llegado a ponerlo realmente en duda.
  • El trasfondo expuesto ayudará a un buen inicio de semana en Europa, sobre todo, después de que las dudas llevasen al Stoxx Europe 600 a cerrar con pérdidas del -1,44% en la jornada del viernes, aunque las pérdidas más abultadas se producían en el británico FTSE100 que cedía un -2,29%. La realidad es que, en cuanto los puntos de incertidumbre pierden algo de intensidad, el tono positivo se impone rápidamente en los mercados y, en concreto, en las bolsas. En este caso, desde un tiempo hacia atrás, ha cobrado fuerza el miedo a perderse las alzas bursátiles y, además, los gestores más escépticos están acabando por ceder ante el resurgir de los mercados, pues temen quedarse totalmente descolgados en cualquier clasificación por rentabilidad. En este contexto, las mejoras en la renta variable, concretamente en la estadounidense, han empezado a filtrarse más allá de los grandes valores tecnológicos, reflejando un movimiento más amplio. Una situación que ha llevado al S&P500 a cotizar en 24,29 veces los beneficios esperados a un año, valores no vistos desde el año 2000.
  • En dicho movimiento, los minoristas estarían teniendo un papel más importante, especialmente en EEUU, y esto daría un extra a las alzas en las bolsas, si bien debemos recordar que dichos minoristas suelen representar la mano débil del mercado. Además, de acuerdo con aplicaciones como la estadounidense Robinhood, dichos minoristas estarían decantándose por empresas tales como American Airlines o Carnival que se beneficiarán en gran medida de la mejoría económica, pero cuya posición financiera continuará siendo bastante delicada durante un largo periodo de tiempo.

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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