Tipos bajos durante mucho tiempo y cambios de estrategia

  • La notable caída bursátil que experimentaba el sector tecnológico americano a partir del jueves de la semana que pasada no dejaba de ser reseñable y obliga a prestar atención a las bolsas, a pesar de que el lunes los mercados americanos permanecerán cerrados por el “Día del Trabajo”. Los máximos históricos en los que están situados los selectivos en EEUU son proclives a correcciones más abruptas. Los movimientos a los que asistíamos no tenían tanto su origen en informaciones concretas, de manera que vendrían explicados por cierta rotación en las carteras que restaría algo de peso a las grandes compañías tecnológicas después de un agosto realmente bueno. La solidez de la alta tecnología estadounidense hace que su apuesta sea válida casi para cualquier tipo de entorno y que, en una toma de beneficios, se genere un efecto domino que lleve a una retirada sólo en base al movimiento general.
  • Sin embargo, es real que hay una preocupación en torno al hecho de que los estímulos monetarios y fiscales hayan ocasionado que el S&P500 y, principalmente, las tecnológicas, cotice muy por encima del beneficio esperado en los próximos 12 meses. Unas valoraciones bastante altas si consideramos que la pandemia para nada está erradicada y que las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina. El escenario de tipos bajos también es un aliciente para un mayor endeudamiento y alzas en las bolsas y seguirán bajos durante un largo periodo, como así lo hacia ver el viernes el presidente de la Fed, Jerome Powell.
  • Según apuntaba Powell: “Creemos que la economía va a necesitar tasas de interés bajos, que respalden la actividad económica, durante un período prolongado”. El presidente dejaba claro que no se retirará de manera prematura el apoyo que necesita la economía, pero recordó que la recuperación necesita de la Fed y de Congreso. En es punto, los acuerdos por mayores estímulos siguen sin avanzar ante las discrepancias entre republicanos y demócratas, sin considerar que los inversores pueden necesitar mayores pruebas de una recuperación económica completa. Esto hace que la falta de claridad en cuestiones como los estímulos puedan generar cierta tensión si algunos datos no acompañan, en particular, los procedentes del mercado laboral.
  • Por ahora, los datos del mercado laboral daban un respiro después de que las nóminas de agosto aumentasen en 1,37 millones según apuntaba el Departamento de Trabajo y superando la estimación de 1,35 que esperaban los analistas, aunque hay que apuntar que se incluía la contratación de 238.000 trabajadores temporales del censo, lo que maquillaba el dato. Las nóminas, en general, podíamos considerarlas como bastante positivas, pero escondían pequeños detalles y algún claroscuro, pues el número de desempleados permanentes aumentaba en más de medio millón hasta 3,41 mill., después de haber cambiado poco en julio. Por su parte, el número de ocupados aumentaba hasta 147,2 mill. en agosto e iba de la mano de un leve aumento de la tasa de actividad hasta 61,7%. Además, seguía produciéndose el fenómeno en el que la calificación de personas que no trabajan como inactivos o ficticios ocupados explicaba el descenso de la tasa de paro estadounidense, esta vez, hasta 8,4%, mientras que la tasa de subempleo se situaba en 14,2%.
  • Los datos de empleo ofrecen lecturas contrapuestas y, en la semana que va a comenzar, el testigo lo tomarán los puestos de trabajo disponibles en julio en función de la encuesta JOLTS. Estos deberían continuar su paulatina mejora, si bien todavía quedarán lejos de las cifras de 7 millones de principios de año y prevalecerán las dudas sobre si el incremento de la demanda de mano de obra obedece a la renuncia de muchos trabajadores a sus empleos en sector de hostelería y ocio ante los temores al COVID-19 o a problemas para asegurar el cuidado familiar. En consecuencia, tendrá mayor interés la evolución del número de personas que renuncian de forma voluntaria a su trabajo.
  • De igual manera, las peticiones por desempleo semanales también deberán ser tenidas en cuenta, considerando que tendremos la segunda lectura después que el Departamento del Tesoro hiciese cambios en la metodología para abordar las fluctuaciones estacionales del dato y recoger mejor los efectos de la pandemia. A pesar de la limpieza de dato, las peticiones semanales sólo servirán para ver si la tendencia a la baja gana mayor tracción ante la preocupación que se cierne sobre el mercado laboral. En la semana anterior, el departamento de trabajo comunicaba que el número total de personas que reclamaron ayudas en todos los programas durante la semana que finalizaba el 15 de agosto había superado los 29 millones.
  • Las vicisitudes del mercado laboral se producen al amparo del sempiterno estancamiento de las negociaciones en pos de más estímulos. Los avances son mínimos, aunque hay que reconocer que tienden a ser pequeños pasos adelante. En última instancia, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, habrían acercado posturas para evitar un posible cierre administrativo y permitir que el gobierno siga funcionando en el nuevo año fiscal, más allá de las desavenencias en materia de medidas y facilitar acuerdos para extender los fondos al menos hasta mediados de noviembre.
  • En resumen, pocos cambios que pasaran desapercibidos para los mercados. De vuelta con los indicadores de la semana en EEUU, la inflación seguiría en agosto con su escalada (se espera una tasa del 1,2% a.) apoyándose de nuevo en el auge en los precios de los servicios después de descontar las actividades vinculadas con el sector energético. Aunque el apoyo del sector terciario sobre la inflación será algo más comedido, éste no pondrá en duda la recuperación de la demanda.
  • En Europa, la política monetaria volverá a escena con el encuentro del BCE que tendrá lugar el jueves. En él, la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, abogará por la cautela para justificar la política monetaria expansiva del BCE, utilizando coletillas clásicas como la perviviencia de los riesgos a la baja, entre otras cuestiones. Las preguntas, no obstante, que los peridistas lancen a la presidenta estarán centradas en la revisión estrategica que el BCE deberá de acometer en la recta final del año, una vez que la Fed ya ha dado el pistoletazo de salida. Lagarde, optará por respuestas formales apuntando que desde el organismo no se tomará ninguna decisión hasta no tener la información completa del presente y el próximo trimestre.
  • La otra pregunta pivotará en torno a los niveles del euro y su incidencia sobre la actividad y la inflación, ante lo que la francesa explicará que la entidad no es ajena a la fortaleza de la moneda única y que monitorizará sus niveles para evitar llegar a una situación en la que el fortalecimieto del euro juegue en contra de la UEM. Con todo, el mensaje del BCE será más bien positivo, recordándose las revisiones más amables en las cifras de crecimiento y, en este punto, la actualización de las previsiones tendra un sesgo positivo con mejoras en las cifras de PIB, mientras que las de inflación serán levemente maquilladas.
  • Con todo, en los últimos meses, ha vuelto a ganar presencia la debilidad de la inflación y la escasez de presiones por el lado de la demanda. Hay que considerar que los niveles actuales del euro juegan en contra de las alzas en el IPC, de manera que no esperamos lecturas muy positivas en clave de precios y en agosto se confirmará el +1,3% a. para el dato general y +1,7% a. para el subyacente. Por otro lado, el fuerte arreon de la producción industrial en los meses previos se irá suavizando y la prueba de ello lo ponían los datos del sector secundario germano de julio, al situarse en +1,2% m., bastante lejos de la lectura previa, aunque considerando que las cifras de junio eran revisadas al alza hasta +9,3% a.
  • Por el contrario, mejores aires traerán los datos industriales, los cuales se están recuperando de manera saludable y que, en la semana que comienza, ejemplificarán las producciones industriales de Alemania (+4,2% m.), y Francia (+5,2% m.); todas ellas correspondientes a julio.
  • En Reino Unido el índice de producción industrial también dejará un buen sabor de boca (+5,0% m) y pondrá de manifiesto lo apuntado por los indicadores adelantados británicos del sector secundario. No obstante, en Gran Bretaña, lo más destacado será la vuelta a las negociaciones con la UE el lunes ante unas conversaciones marcadas por la intransigencia y la falta de compromiso británico en materias de competencia y pesca. En cuanto a las primeras, desde Europa se afea que Londres no se comprometa con una competencia comercial justa con la UE o con acordar las salvaguardas mínimas para la relación futura y, sin embargo, esté abierto a pactar acuerdos en materia de transporte y energía. “El Gobierno de Reino Unido parece que quiere seguir teniendo las ventajas de la UE y del mercado único, sin someterse a las obligaciones”, apuntaba el negociador de la UE, Michel Barnier.
  • Las negociaciones se saturan en medio de la poca intención britanica por sacar adelante los acuerdos en favor de tensar la cuerda. Es más, Downing Street trabaja ya en una nueva ley que restaría fuerza jurídica vinculante a apartados clave del Acuerdo de Retirada firmado con Bruselas, especialmente en lo que se refiere a Irlanda del Norte y las ayudas estatales. Tenemos, pues un nuevo escollo que amenaza la posibilidad de dinamitar las posibilidades de un aceurdo a sólo cinco semanas casi para llegar a alcanzarlo. Aun hay tiempo para fortalecer lazos, y la postura de la isla podría ser una bravatada para conseguir mayores concesiones de areas de su interés; lo que si que nos obligará a no perder detalle en los próximos días a todas las cuestiones inherentes.
  • Para acabar, es necesario hablar de China, pues su agenda macro será la que dé el pistoletazo de salido a la semana con indicadores comerciales. Entre las referencias, destacaba la sorprendente resistencia de las exportaciones chinas que aumentaban un +9,5% a. gracias al aumento en las expotaciones de equipos de protección personal y productos para el trabajo del hogar. China ponía de manifiesto su condición de fábrica del mundo y sacaba partido de sus mejor momento pandémico, llegando a acaparar la cuto dejada ante las disminuciones de las exportaciones de algunos competidores de Asia-Pacífico. Hay que considerar que la reapertura gradual de muchas economías en Asia y en todo el mundo seguirá proporcionando un nuevo impulso a las exportaciones de productos chinos que se prolongarán en los próximos meses. Por el contrario, las importaciones sorprendían a la baja a pesar del impulso dado por los precios más aaltos de algunas materias primas básicas como el hierro, poniendo de manifiesto, también, que las maores compras de productos agrícolas a EEUU no están yendo por buen puerto. Concretamente, las importaciones chinas a EEUU aumentaban en agosto un +1,8% a.

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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