Atentos: industria europea, bancos centrales y comercio

El viernes, los datos permitían que los inversores se tomaran un respiro, si bien las inquietudes de fondo perduran y empezaremos la semana con información negativa procedente de uno de los ámbitos que más preocupa: la industria alemana.

La primera de hoy, las órdenes de alemana seguían acentuando el mal momento del sector secundario y en agosto arrojaban una caída de -0,6% m. y -6,7% a., aunque como punto positivo había que destacar la recuperación de los bienes intermedios (+1,1% m.). Una semana en la que también proliferarán las informaciones sobre el brexit y los estadounidenses volverán a inyectar ruido desde la perspectiva comercial.

De vuelta al viernes, se impone hacer un alto en los datos del mercado laboral estadounidense que, desde la perspectiva de los inversores, no eran lo suficientemente fuertes como para alejar a la Fed de forma decisiva de una rebaja de tipos a finales de octubre, pero tampoco eran lo suficientemente débiles como para alimentar las preocupaciones hacia el mercado laboral de EEUU y, por ende, el consumo de los americanos.

En septiembre, las nóminas no agrícolas aumentaban en 136.000; una cantidad por debajo de las 145.000 previstas por el consenso de Bloomberg, pero que convivía con una revisión de la serie que arrojaba un total de 45.000 empleados más en los meses previos. En conjunto, durante los últimos tres meses, las nóminas no agrícolas han aumentado a un ritmo medio de algo más de 156.000, cifra que debe considerarse como realmente positiva en un momento maduro de la fase de expansión. Además, cabe plantearse si la creación de empleo se ve limitada por la propia actividad económica o por la escasez de trabajadores cualificados.

De momento, desde la perspectiva de la escasez de mano de obra, el avance de la población activa hasta máximos históricos de 164.039.000 personas (+117.000 en septiembre) resulta positivo, aunque éste se antoja insuficiente y gran parte de los nuevos trabajadores en EEUU no atesoran la cualificación que necesitan muchas empresas. De hecho, las estrecheces de la oferta laboral también eran visibles en el descenso del subempleo hasta 6,9%, lo que representa su menor valor desde el año 2000.

Por otro lado, los valores máximos de la población activa también servían para explicar la caída de la tasa de paro hasta mínimos de 1968 (3,5%) y, a su vez, darían cobertura a la moderación del avance de los salarios hasta 2,9% a. en septiembre. Una cifra que, en base a la tasa de 1,4% a. del deflactor del consumo personal en agosto, implicaría que los salarios crecen en términos reales a un saludable ritmo del 1,5% a. Luego, estamos ante unos datos que alejaban un poco las bajadas de tipos en octubre, si bien el mercado asignaba a las mismas una probabilidad del 77%.

El trasfondo expuesto hará que las actas de la Fed, que conoceremos el próximo miércoles, generen aún más interés. Éstas reflejarán las diferencias que surgieron en el seno de la entidad a la hora de decidir el último recorte de tipos (-25 p.b.) hasta el rango 1,75%-2%; unas diferencias que también serán visibles en las numerosas comparecencias de los miembros de la Reserva Federal durante los próximos días.

De vuelta a las actas, éstas servirán para poner de manifiesto que la autoridad monetaria estadounidense se toma en serio el aumento de los riesgos globales; tanto es así, que se dejará claro que, además de por la presión bajista de la inflación, se podrían llegar a plantear ajustes de tipos en el caso de que los actuales riesgos tomen mayor fuerza. No obstante, el factor decisivo para explicar cualquier nuevo movimiento de la Fed serán los datos y, en concreto, los que miden el comportamiento real de la economía. Unos datos que, actualmente, serían acordes con un crecimiento del 2% trim. a. de la economía estadounidense durante el 3tr19. Una cifra que encajaría con el escenario que acompañó a las estimaciones de tipos de los miembros de la Fed en su encuentro de septiembre, las cuales debemos recordar que eran acordes con un escenario de estabilidad hasta 2020.

En los próximos días, desde la perspectiva de los precios, la información que conoceremos respaldará la mencionada estabilidad de tipos. El PCE central de agosto se situó en 1,8% a. y las cifras de IPC que se publicarán el próximo jueves en EEUU nos recordarán que todavía estamos lejos de un momento de preocupación. De hecho, la presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, rechazaba el domingo la noción de que el banco central debería reducir las tasas de interés para tratar de impulsar la baja inflación, al explicar que en las circunstancias actuales, la preocupación por la baja inflación parece innecesaria.

En la semana que comienza, asistiremos a un dato de inflación subyacente del 2,4% a. en septiembre, al tiempo que el IPC general acelerará una décima hasta 1,8% a. De la misma manera, el mantenimiento del número de puestos de trabajo vacantes en 7,2 mill. apoyará las posturas más ortodoxas dentro de la Fed, si bien en el mercado se optará por quedarse con el ligero deterioro de la confianza de Michigan hasta 91,5 puntos en octubre.

Más allá de la Reserva Federal, la atención se postrará en la nueva ronda de negociaciones comerciales entre EEUU y China que tendrá lugar durante las jornadas del jueves y el viernes. Ante esta cita, lo prudente es mantener una actitud escéptica de cara a la consecución de avances significativos ya que las palabras en ocasiones amables chocan con la realidad de los hechos. El viernes, EEUU presionaba a India para que no utilizara la tecnología de Huawei en su red de 5G y, antes, Donald Trump venía a sugerir que China estaría ocultando ciertas actividades dudosas de la familia Biden (posible candidato demócrata en las próximas elecciones presidenciales).

La incertidumbre comercial se mantendrá y ésta ya ha demostrado las consecuencias negativas que ha tenido sobre el comercio global y, especialmente, en la actividad industrial de países como Alemania. Tal y como revelarán los datos que verán la luz durante los próximos días, tanto las órdenes como la producción industrial volverán a caer en agosto con las primeras cediendo cerca de un -6,6% a. y la segunda más de un -4% a. Una cifra, la última, que deberá interpretarse con cuidado ya que la actividad constructora puede maquillar el dato, como así era apuntado por la mejora del PMI alemán de construcción hasta 50,1 en septiembre. Un mes más, deberemos ir a los entresijos de las cifras de producción industrial de Alemania para abstraernos del aporte de la construcción y quedarnos con la actividad manufacturera.

Por el contrario, la nota positiva en Alemania vendrá del lado de la balanza comercial, pero no de las exportaciones como muchos desearían, sino de la estabilidad de las importaciones en agosto que podemos identificar con la resistencia del consumo de los hogares. De hecho, en un país como Alemania con una industria fuerte que incorpora muchos productos importados en su producción, cabe esperar un deterioro de sus importaciones cuando frena la actividad industrial y éste no se va a producir en agosto, así que la variable de ajuste será el apoyo del consumo interno.

A diferencia de lo que se observará en Alemania, los datos de producción industrial en Francia, Italia y España se mostrarán más resistentes, aunque no estarán exentos de puntos débiles. Los riesgos en Europa no se limitan a Alemania y esto quedará recogido en las actas de la última reunión del BCE. En septiembre, la autoridad monetaria de la zona euro anunció el recorte del tipo de la facilidad de depósito en 10 p.b hasta -0,5% y el restablecimiento del programa de compras. Dos medidas de un ambicioso paquete de estímulos que se justificó en base a la debilidad de la inflación en la Eurozona, pero que también tuvo en cuenta el importante deterioro de la actividad en el área. Ahora bien, esta circunstancia ya es conocida por el mercado y las miradas estarán puestas en las diferencias existentes dentro del Consejo del BCE, a fin de comprobar si sólo se deben a la reactivación de las compras de activos como se ha querido transmitir en las últimas semanas.

Antes de dejar Europa, se impone realizar un guiño al resultado de las elecciones de Portugal ya que refuerza la estabilidad del país, pues permite dar continuidad a las actuales políticas. El partido del actual primer ministro, António Costa, se volvía a imponer y ganaba las elecciones, teniendo el poder para elegir los apoyos para formar el Ejecutivo. En un Parlamento de 230 diputados, el PS (36,6% de los escrutinios) no necesitará los votos en conjunto del Bloco de Esquerda (BE) y del Partido Comunista (PC) para contar con 116 diputados y bastarle con el apoyo de solo uno de ellos. En los últimos días Italia nos daba buenas noticias, aunque más comedidas como consecuencia de la revisión al alza de los datos de PIB del primer semestre de 2019 realizada por Istat. Las autoridades estadísticas italianas situaban ahora el crecimiento del 2tr19 en 0,1%, tanto en términos trimestrales como interanuales, cuando inicialmente estimaron una situación de estancamiento en el trimestre y un retroceso interanual de -0,1%. Asimismo, fueron mejorados los datos interanuales del 1tr19 al pasar de -0,1% a 0,0%. Unas buenas noticias que esta semana deberían tener continuidad con los tibios avances de la producción industrial y las ventas minoristas transalpinas de agosto.

La mayor incertidumbre mundial ha hecho que los estímulos vuelvan a estar en la agenda del BCE, si bien el nuestro no es el único banco central que ha hecho uso de estos en los últimos tiempos. El viernes, su homólogo indio anunciaba la rebaja del tipo oficial hasta 5,15% (5,4% ant.) y una menor previsión de crecimiento para el presente año fiscal (6,1% vs. 6,9% ant.). Por su parte, la consejera del suizo SNB, Andrea Maechler, afirmaba que “el interés negativo es absolutamente necesario y esencial” para Suiza, en un momento en el que la disposición de la industria para hacer las inversiones destinadas a estimular la productividad se estaría viendo mermada por factores como la guerra comercial y el brexit.

La desconexión del Reino Unido de la UE sigue estando marcada por las dudas, sobre todo, después de las últimas informaciones que apuntaban a que Boris Johnson podría pedir una prórroga del brexit el próximo 19 de octubre, de no alcanzarse un acuerdo antes. Dichas informaciones se sustentaban en la documentación que el gobierno británico habría aportado a un juzgado de Edimburgo, el cual se encarga de juzgar si los tribunales escoceses tienen el poder de multar o encarcelar al primer ministro en caso de forzar un abandono de la UE no negociado.

Antes, asistiremos a un nuevo “tira y afloja” entre Londres y Bruselas, apuntándose que la propuesta enviada por Johnson podría ser negociable. Un hecho indispensable porque la actual propuesta resulta de difícil encaje para las autoridades europeas ya que implicaría el establecimiento de controles en la frontera irlandesa, está sujeta al potencial veto de los unionistas y los plazos para desarrollarla serían poco realistas.

En consecuencia, asistiremos a una semana en la que los mercados volverán a verse afectados por la pervivencia de problemas de sobra conocidos: la desconfianza hacia la economía de Alemania, las tensiones comerciales y el brexit. Todo ello, en un momento en el que los resultados corporativos están a la vuelta de la esquina, explicando que los inversores se tornen más prudentes en sus movimientos en las bolsas hacia finales de semana. De momento, se espera que las empresas del S&P500 informen de una caída de sus beneficios del -2,4% en el 3tr19 y un incremento de sus ingresos del 3,6%. Por su parte, en el Stoxx 600 se descuenta un descenso del -2,2% del BPA y la primera caída de los ingresos desde principios de 2018.

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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