Otra semana desafiante mientras los chinos preparan vacaciones
  • Las referencias macroeconómicas ganarán en importancia en los próximos días, pero seguirán sin ser la única cuestión a tener en cuenta, incluso, en China donde conoceremos sus PMI de septiembre en una semana semifestiva, dado que el 1 de octubre se celebrará el Día Nacional. Una celebración que se extenderá desde el citado día 1 hasta el 8 de octubre y cuyo interés para los inversores no se quedará sólo en el cierre de los mercados del gigante asiático el próximo jueves y viernes y en sus ramificaciones en forma de menor liquidez a escala global. De hecho, se ha llegado a especular con que la coincidencia de este periodo festivo con la antesala de las elecciones estadounidenses puede haber llevado a algunos grandes inversores chinos a reducir su exposición a EEUU, explicando también parte de la volatilidad en la renta variable estadounidense durante los últimos tiempos. Una volatilidad que, no obstante, perdía intensidad el pasado viernes ya que el índice VIX del S&P500 cedía -2,13 p.p hasta 26,38%.
  • En cuanto a China, las cosas han cambiado mucho y no sólo porque su PIB en términos de paridad de poder adquisitivo sea ya el mayor del mundo, sino también por la importancia creciente de sus mercados e inversores. Respecto al primer punto, casi queda en el olvido que en 2019 los índices globales MSCI incrementaron el peso de las acciones de las empresas chinas de mediana y gran capitalización denominadas A, aquéllas cotizadas en renminbi, hasta sumar un 5,14% en el MSCI ACWI (que integra compañías de mediana y gran capitalización de 23 mercados desarrollados y 26 emergentes) y un 42,53% en el índice MSCI Emerging Markets (incluye compañías de mediana y gran capitalización de 26 mercados emergentes). Un movimiento que contó con el respaldo del mundo inversor que reclamaba y reclama mayor importancia del gigante asiático en los índices financieros globales, a medida que sus autoridades hacen más accesibles sus mercados a los inversores extranjeros. A cambio, esta realidad acabará jugando especialmente en contra del peso en el mundo financiero global de Europa y EEUU, debiendo recordar que el segundo país suma un 58,66% del índice MSCI ACWI.
  • La situación expuesta también es aplicable a la renta fija debido a que el papel de China como segundo mayor mercado del mundo de bonos está empezando a ser recogido por los índices globales; hecho que no sería posible sin la citada mayor apertura al exterior emprendida por sus autoridades y que excede a la renta variable. El pasado jueves, se confirmaba una cuestión con la que se venía especulando durante las últimas semanas y ésta era que, en 2020, FTSE Rusell podría incluir la deuda soberana de China en el índice global denominado World Government Bond. Una decisión que se tomará, definitivamente, en el próximo mes de marzo, pero que ya atesora gran relevancia debido a que el denominado índice ostenta un papel crucial en las decisiones sobre cómo se asignan inversiones de billones de dólares en deuda soberana a lo largo del mundo. De hecho, de confirmarse la inclusión, se estima que inicialmente pueden fluir hasta 140 mm. $ hacia la deuda pública de China. La búsqueda de rentabilidad y diversificación respalda esta posibilidad ya que, por ejemplo, al cierre del viernes pasado la deuda soberana china a 10 años en divisa local rendía un 3,076% frente al 0,654% de su homólogo estadounidense.
  • China no sólo ofrece crecimiento, también estabilidad macroeconómica y un banco central preocupado por limitar las fluctuaciones del yuan, dado que impactan en casi el 20% de su PIB en forma de exportaciones. Por lo tanto, el interés creciente que hemos observado en los últimos meses por los activos chinos está justificado y la proliferación de recomendaciones apuntando un mayor peso de los activos chinos en las carteras no será una moda pasajera. El avance de la importancia de China en los mercados financieros mundiales es algo estructural y también deseado por los inversores. De hecho, resulta muy significativo el escaso peso que todavía atesoran los inversores foráneos en su deuda gubernamental al poseer cerca de un 9% del total, a pesar de que esta cifra supone un importante incremento respecto al 2% de hace unos años.
  • La liquidez y el acceso a los mercados chinos por parte de los inversores extranjeros seguirá mejorando en los próximos años; cuestión sobre la que no debemos dudar, estando la incertidumbre únicamente en el ritmo del grado de apertura. Por ejemplo, durante el pasado fin de semana, el subdirector de la Administración Estatal de Divisas (SAFE, por sus siglas en inglés), Lu Lei, apuntaba que China necesita abrir más sus mercados de capitales y su industria financiera para evitar el aislamiento global. Así, dicho fin hacía que Lu declarase que China cumplirá con las reglas internacionales para promover una mayor integración de sus mercados de capitales, al tiempo que continuará con las reformas de los tipos de interés y el tipo de cambio de manera constante y prudente.
  • En la anterior línea, el pasado viernes, las autoridades del gigante asiático ampliaban el alcance de la inversión institucional extranjera y, con efecto a partir del 1 de noviembre, los inversores foráneos podrán comprar valores negociados en el denominado New Third Board de Pekín, además de invertir en fondos privados, intervenir en operaciones Repo de bonos y tener acceso a derivados, incluidos futuros financieros, futuros de materias primas y opciones. En conjunto, los inversores extranjeros que buscan invertir en China ya están afrontando una importante reducción de los obstáculos para hacerlo.
  • En la práctica, el ritmo de apertura al inversor foráneo sólo condicionará los tiempos del avance de la importancia de los activos chinos en los índices globales y no el hecho en sí. Un buen ejemplo es lo sucedido con los índices MSCI, tal y como apuntábamos al principio, o que, desde la perspectiva de la deuda soberana, los títulos chinos ya han sido incluidos en los índices Bloomberg Barclays o los elaborados por JP Morgan de mercados emergentes.
  • Una vez asumida la anterior realidad, el interés por los activos del gigante asiático debería evolucionar al alza en el corto plazo; circunstancia que debería verse reforzada por la incertidumbre emanada de la recta final de las elecciones en EEUU y el hecho de que el riesgo de bloqueo institucional esté encima de la mesa en dicho país. Trump se niega a aceptar una transmisión de poderes tranquila, en el caso de perder las elecciones, y esto obligar a estimar cuán probable puede ser este escenario. En este sentido, el primer debate entre Biden y Trump, este martes, será una pieza clave para despejar la ecuación.
  • En las últimas semanas, el candidato demócrata Joe Biden ha perdido fuerza y los estados en los que cuenta con una ventaja superior al 5% en intención de voto con respecto a Trump sólo representan 255 votos de colegios electorales frente a una mayoría que se sitúa en 270 votos. De hecho, referencias tales como Real Clear Politics sitúan, actualmente, la probabilidad de una victoria de Biden en las elecciones presidenciales en el 53% frente al 61% de principios de agosto. Por lo tanto, si el martes Trump es percibido como ganador del debate, la probabilidad de bloqueo institucional aumentará en EEUU y los inversores se verán más atraídos por activos menos correlacionados con lo que ocurra en territorio estadounidense y, en este capítulo, China es la principal opción.
  • A cambio de la menor correlación con otros mercados, las estrategias que den un mayor peso a China en las carteras chocan con el riesgo de la política, tanto desde una perspectiva interna como externa. Respecto al segundo punto, las tensiones entre EEUU y China sobrevivirán a cualquier cambio en la Casa Blanca y esto puede dificultar la vida al inversor foráneo, pero también el hecho de que las autoridades del gigante asiático siguen interviniendo directamente en todo lo que consideren estratégico y esto implica unas fluctuaciones en los mercados que no son todo lo limpias que deberían. Unos inconvenientes que cuentan con otros contrapesos en forma de valoraciones relativamente más atractivas en las bolsas chinas y, sobre todo, mayor capacidad de crecimiento de sus empresas.
  • En 2020, el consenso de Bloomberg espera que China crezca un 2,1% frente al retroceso del -3,9% que proyecta para el PIB del conjunto del mundo, al tiempo que las diferencias también son acusadas en las cifras previstas para 2021 al estimarse un crecimiento del 8,0% del PIB chino frente al 5,2% del mundial. Por lo tanto, en el mercado existe un consenso claro respecto a que el COVID-19 sólo ha supuesto un bache para la economía de China y que el país atesora el mercado interno con perspectivas de crecimiento más sólidas de todo el globo.
  • La apuesta por la demanda nacional hará que cientos de millones de chinos sigan incorporándose a la sociedad de consumo de forma acelerada y esto no ocurrirá en ninguna otra parte del mundo, ni en la India que sólo emula a China en el elevado número de su población. Todo ello ocurrirá en un contexto en el que las autoridades chinas reservarán buena parte del “pastel” de ese crecimiento a las empresas nacionales. Así que, si se desea participar de los beneficios del citado crecimiento, la mejor vía será la toma de posiciones en activos chinos.
  • La anterior realidad se suma a la continuidad de las reformas estructurales, el menor abuso de la liquidez respecto a otros países y el colchón que todavía atesora China antes de acercarse a los tipos negativos, lo cual refuerza el atractivo de los activos del gigante asiático. De momento, los últimos datos conocidos y los que están por llegar en los próximos días no harán temer por un cambio del escenario en los próximos trimestres. El domingo, conocíamos que los beneficios de la industria en China aumentaron un 19,1% a. en agosto y acumulaban cuatro meses consecutivos en positivo. En total, los beneficios en el mes pasado alcanzaron los 89,8 mm. $ gracias a las actividades vinculadas con los bienes de equipo (+37% a.) y el manufacturado de materias primas (+32,5% a.), el cual ponía en valor el alza de las commodities.
  • En conjunto, en el acumulado del año hasta agosto, los beneficios de la industria China sólo retrocedían un 4,4% y rondaban los 550 mm. $. Un comportamiento que no era extrapolable al conjunto del sector ya que las empresas estatales sufrían una caída de sus beneficios del 17%. Sin embargo, el verdadero dato a tener en cuenta es que los beneficios del conjunto del sector privado en China acumulaban un descenso de sólo el 3,3% entre enero y agosto y pueden acabar el año coqueteando con terreno positivo. Una circunstancia realmente significativa en un año tan complejo como el actual.
  • En conjunto, los beneficios de la industria de China marchan bien al igual que lo hicieron antes las exportaciones en dólares de agosto (+9,5% a.) o la producción industrial del mismo mes, la cual sorprendió al alza (+5,6% a.). En cuanto al último punto, cabe destacar que los datos de la Asociación Mundial del Acero arrojaron un incremento de la producción global del citado acero del 0,6% a. en agosto hasta 156,2 millones de toneladas a la sombra de un repunte del 8,4% a. en China que llevaba su producción hasta 94,8 millones de toneladas. Por el contrario, la producción de acero descendió un 24,4% a. en EEUU, un 20,6% a. en Japón y un 13,4% a. en Alemania.
  • Los anteriores datos llevan a esperar que el PMI manufacturero chino del mes de septiembre no ponga en entredicho el escenario de recuperación en el gigante asiático, a pesar de la emergencia de los riesgos de globales. De forma que descontamos una ligera mejora del índice oficial hasta 51,5, mientras que la variable elaborada por Markit debería arrojar unas cifras del PMI manufacturero con ligeros cambios respecto a sus valores de 53,1 de agosto. Una realidad reforzada por las positivas perspectivas dadas a conocer durante el Salón del Automóvil de Pekín (el mayor del mundo) durante el fin de semana, pues dominaban las previsiones acordes con un crecimiento de las ventas de coches en el gigante asiático en 2020, tal y como apuntaban los responsables de las sociedades conjuntas de Ford y BMW en el país. En esta dirección también apuntan los datos de matriculaciones de agosto ya que aumentaban un 11,6% a. y acumulan cinco meses consecutivos en positivo, encabezadas por la fuerte demanda de vehículos de lujo de tamaño mediano y grande.
  • Las cifras de ventas de coches en septiembre, un periodo que suele ser uno de los mejores del año en China debido a la cercanía de la avalancha de desplazamientos de la semana de vacaciones que depara la fiesta nacional, aumentaban un 12% a. en los 20 primeros días del mes. Una circunstancia que, indirectamente, nos permite confiar en un buen desempeño del gasto de los chinos durante un periodo vacacional clave como el que se iniciará el próximo día 1 de octubre. Las comparativas con el año pasado serán constantes y, a priori, cabe esperar unas cifras sólidas de desplazamientos y gasto en ocio por parte de los ciudadanos del gigante asiático.

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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