Entre datos y actualidad institucional y política

La semana que termina venía marcada por la publicación de la estimación preliminar de los PMIs de la UEM, la cual denotaba que la economía de la zona euro habría recuperado algo de ímpetu en junio. Sin embargo, el ritmo de crecimiento para el 2tr19 seguiría siendo débil (acorde con una tasa del 0,2% trim.) y conviviría con un avance “desequilibrado: la industria manufacturera todavía está en recesión y dependemos del sector de servicios”.

De hecho, el aumento del PMI compuesto hasta 52,1 puntos en junio (51,8 ant.) se apoyaba en la escalada del indicador relativo al sector terciario hasta su mayor nivel de los últimos siete meses (53,4 puntos), mientras que el PMI manufacturero avanzaba únicamente una décima (47,8 puntos).

De esta forma, asistíamos a unos indicadores adelantados que ofrecían una ligera mejora para el corto plazo en la Eurozona gracias a la fortaleza de la demanda interna y la mejora de los mercados laborales. Aun así, “los crecientes riesgos geopolíticos y las guerras comerciales siguen dominando el panorama y restringen el gasto, la inversión y el optimismo de las empresas”, principalmente, en el sector manufacturero.

La publicación de los PMIs preliminares de junio era bien recibida en las bolsas europeas durante la mañana del viernes, si bien el incremento de las tensiones entre EEUU e Irán provocaba que algunos selectivos acabaran cerrando la sesión en rojo. Referente a la deuda pública, se producía un repunte de las rentabilidades más o menos generalizado, si bien creemos que se trata de un hecho momentáneo y que el mantenimiento de la incertidumbre se encargará de limitar las ventas en la renta fija soberana.

Respecto a los datos de la próxima semana, éstos vendrán liderados por los indicadores adelantados. Por un lado, los índices de confianza de la Comisión Europa mostrarán cómo el pesimismo en la industria continúa lastrando el optimismo hacia el futuro próximo en el agregado de la Eurozona, aunque el interés también emanará del comportamiento de los subíndices de precios ante el tono más preocupante del BCE de cara al desempeño de la inflación. Además, los propios datos de IPC de junio en la UEM darán fe de las débiles presiones inflacionistas que acechan a la economía.

Por otro lado, los índices IFO de confianza empresarial alemana retrocederán ligeramente y se mantendrán en zona de mínimos desde 2014, si bien lo más relevante lo encontraremos en la descomposición del dato. En concreto, una mayor negatividad en el sector de la construcción puede conllevar una debilidad económica para Alemania en el 2tr19; una cuestión que también se verá reflejada en el “semáforo del ciclo económico” de los IFOs que expone la probabilidad de una expansión o recesión en el corto plazo.

En EEUU, las referencias macroeconómicas más relevantes estarán relacionadas con la industria, principalmente, con las órdenes de bienes duraderos. De hecho, se espera un débil dato en el mes de mayo (-0,1% m.), lo cual servirá de soporte para la Fed tras utilizar un tono más generoso en su último encuentro. De hecho, dicho tono más generoso podrá volver a repetirse en las comparecencias que los miembros del FOMC celebrarán durante la semana, sobre todo, en la de James Bullard que fue el único integrante que votó a favor de una bajada de tipos. También Neel Kashkari se mostró partidario de recortar los tipos de interés en EEUU durante la celebración del último encuentro de la Reserva Federal, abogando por una bajada de -50 p.b. para “re-anclar” las expectativas de inflación. Sin embargo, el presidente de la Fed de Minneapolis no goza de derecho a voto en el actual ciclo del FOMC.

También resultará útil para defender una mayor laxitud la publicación de un PCE central de mayo que se mantendrá estancado en 1,6% a. y lejos del objetivo del FOMC (2% a.). Por su parte, el gasto personal repuntará en mayo hasta 0,5% m. y convivirá con un saludable avance del mismo en términos reales (0,4% m.). De esta forma, gracias también al mantenimiento de la confianza del consumidor en niveles sólidos durante el mes de junio, se confirmará la aceleración del consumo privado de los estadounidenses en el 2tr19 tras registrar una modesta tasa del 1,3% trim. a. en el 1tr19.

Dejando los datos a un lado, el interés de EEUU recaerá también sobre los encuentros que mantendrá su presidente con su homólogo chino durante la reunión del G-20. En la segunda mitad la semana, Donald Trump utilizará un tono amable para propiciar un acercamiento de posturas con Pekín, si bien no esperamos que el gigante asiático ponga las cosas fáciles después de haber visto como se gravaban sus exportaciones a EEUU.

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También deberemos prestar atención a la posible continuidad de las tensiones entre Washington y Teherán, las cuales afectarán al precio del petróleo. Todo ello, tras conocerse que, momentos después de abortar un ataque contra tres objetivos militares en Irán, el presidente de EEUU autorizó al Pentágono una de las mayores ofensivas cibernéticas desde que en 2006, en colaboración con Israel y que tuvo lugar el pasado jueves. Desde Irán apuntaban que “si estalla un conflicto en la región, ningún país podrá controlar su alcance”.

Finalmente, de vuelta a Europa, las miradas se postrarán sobre la batalla para el liderazgo del Partido Conservador en Reino Unido entre Boris Johnson y Jeremy Hunt y, en paralelo, sobre los esfuerzos de Italia para evitar una sanción causada por el incremento de su deuda pública. A este respecto, el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, indicaba que Italia debe respetar sus objetivos fiscales si quiere conservar la confianza de los inversionistas sobre su solvencia.

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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