Principalmente, actividad institucional

La semana vendrá marcada por los eventos de carácter institucional y, entre todos ellos, destacará la reunión del BCE, pues supondrá el inicio de la revisión estratégica de la entidad (la primera desde 2003). La reevaluación de la línea de acción terminará antes de que acabe 2020 y la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, ya ha adelantado que intentará que el proceso sea largo.

Aun así, las directrices generales que se darán en la reunión se basarán más en sugerencias sobre cómo modificar la política monetaria que en hechos y todavía será pronto para sacar conclusiones sobre el futuro. Lo que sí podemos adelantar es que el nuevo equipo considerará la meta de inflación como una pieza central del proceso, al tiempo que se mantendrá el mayor énfasis sobre la la inflación subyacente en el comunicado tal y como sucedía en la primera reunión de la era Lagarde. Asimismo, se seguirá desarrollando el concepto de simetría, según el cual lo importante es para Frankfurt sería la consecución de determinados niveles de IPC en el medio y largo plazo.

La llegada de Christine Lagarde a la presidencia del BCE y sus planes para realizar una revisión completa de la estrategia de la entidad han supuesto una excusa perfecta para evitar una peligrosa deriva para la entidad y frenar las duras críticas del bando encabezado por Alemania. En consecuencia, no habrá que perder detalle a la mención que se haga de las compras de activos en el momento actual o su agotamiento. El aspecto decisivo a corto plazo radica en que ciertos países el BCE ha comprado casi todo el papel que se podía comprar y la posibilidad de adquirir bonos verdes todavía es muy limitada.

La iniciativa verde choca con la oposición de varios miembros del Consejo de Gobierno. Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, alertó del riesgo de sobrecargar la política monetaria si se fijan objetivos medioambientales. Otros altos responsables de los bancos centrales europeos mostraban su extrañeza por añadir una nueva carga a los bancos centrales, cuando éstos ya están fallando en la principal (garantizar la estabilidad de precios), y recuerdan además la dificultad de establecer baremos para discernir qué bonos son verdes y cuáles no.

La semana nos dejará también el encuentro del BoJ, aunque la inacción de tal banco central está más que descontada. Pese a haberse producido una ligera mejora del cuadro macroeconómico en el país nipón (sobre todo, en el ámbito de la inflación), lo cierto es que el banco central japonés busca preservar parte de su limitada batería de medidas para un momento más peliagudo. Al igual que en Japón, en Noruega y Canadá no se espera que sus respectivas autoridades monetarias acometan cambios en sendas políticas.

Al margen de los bancos centrales, contaremos con el encuentro anual del Foro Económico de Davos que, como adelantaba su web, celebrará su cumbre más sostenible de todas las celebras hasta la fecha. En especial, no habrá que perder detalle de la actualización de las previsiones del FMI para la economía mundial, la cual arrojará ciertos ajustes a la baja respecto a la de octubre (3,4% para el PIB global en 2020), ante un escenario en el que todavía perviven algunos factores de riesgo.

En paralelo, deberemos estar atentos a la comparecencia de Donald Trump en Davos, sobre todo, a cualquier alusion que pueda realizar sobre el futuro de las negociaciones comerciales con China y las tensiones geopolíticas con Irán. Todo ello, en una semana en la que se iniciarán los argumentos iniciales del impeachment en el Senado estadounidense.

Por último, contaremos con la reunión del Eurogrupo, donde se hará hincapié en las sanciones a los países que incumplan el límite del déficit, después de que el organismo diese un “tirón de orejas” a Portugal por su proyecto de presupuesto para 2020. En paralelo, se presentarán las propuestas económicas de la Comisión Europea para la UEM en 2020, al tiempo que se tratarán las prioridades para los nuevos gobiernos de España, Finlandia y Austria.

El carácter institucional de la semana dejará en un segundo plano las referencias macro, aunque en la Eurozona destacarán los PMIs preliminares de enero y su mejoría, principalmente en el índice manufacturero (47,0 puntos), poniéndose en valor la menor tensión comercial pese a seguir lejos de niveles confortables. La mejora del tono también será extrapolable a los índices ZEW de confianza de inversores y analistas alemanes, principalmente en las expectativas (-14,5), después de un año en el que la locomotora europea ha coqueteado con tasas de crecimiento negativas.

Los PMIs también serán uno de los datos estrella de la agenda de Reino Unido y su comportamiento, si bien mejorará después de que el proceso del brexit haya ganado certidumbre, no será un aval suficiente para enderezar la deriva de la economía británica. Es más, la pervivencia de unas cifras de paro al alza y de empleo a la baja seguirán apuntando que el mercado de trabajo británico se resiente.

En EEUU, los PMIs de enero no ofrecerán grandes cambios con respecto a los del mes anterior, mientras que las ventas de vivienda de segunda mano de diciembre confirmarán el fin de año fantástico que ha vivido el sector residencial estadounidense (5.50 mill. a.). Un sector que continúa en boga y que, el viernes, nos dejaba unas sólidas cifras de permisos de construcción para el mes de diciembre, pues, a pesar de su leve moderación, el avance del promedio trimestral no hacía apuntaba hacia una prolongación del buen desempeño de la serie en el comienzo de 2020.

El viernes también nos dejaba otro dato interesante en forma de producción industrial de diciembre en EEUU. Su retroceso hasta -0,3% m. se alineaba con lo adelantado por indicadores como el ISM manufacturero, al tiempo que el sector de los vehículos seguía mostrando cierta volatilidad (-4,6% m.) pese a la mitigación del impacto de la huelga de General Motors. Sin embargo, la resistencia de la actividad manufacturera (0,2% m.) nos daba una idea de que el previamente mencionado retroceso del agregado de la producción industrial en diciembre respondía, en gran medida, a la la caída de las utilities (-5,6% m.). Ésta, a su vez, venía explicada por las temperaturas más cálidas de lo habitual para un mes de diciembre en EEUU

Para acabar, cabe mencionar que los resultados corporativos también se situarán bajo el foco de atención. Entre otros, sobresaldrán los de UBS, Logitech, Halliburton, IBM (martes), Inveb, WH Smith, Abbott Labs, Johnson & Johnson, Texas Instrument (miércoles), Intel, Procter & Gamble y Union Pacific (jueves), Ericsson y American Express (viernes).

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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