Más comercio que datos

El tranquilo inicio de semana en cuanto a publicación de datos hace que otras cuestiones como las comerciales puedan ser las protagonistas hasta la jornada del miércoles y, de hecho, las noticias conocidas durante el fin de semana apuntan que así será.

Las diferencias significativas entre los negociadores estadounidenses y chinos, conocidas el pasado viernes, tornaban en una conversación “constructiva” a alto nivel en la jornada del sábado, según apuntaban ambas partes.

Las filtraciones y noticias comerciales continúan sirviendo de excusa para dar forma a ciertos movimientos cortoplacistas en los mercados, si bien parece que estamos en el mismo punto desde hace días. Los estadounidenses no están dispuestos a cuantificar una potencial bajada de aranceles ni los chinos a acordar la compra de una cantidad mínima de productos agroalimentarios estadounidenses a un precio cerrado. En este contexto, el hecho de que China haya aumentado las compras de soja y cerdo procedente de EEUU durante los primeros días de noviembre no implica nada, pues simplemente estamos ante una opción gratuita para los chinos ya que están adquiriendo bienes que necesitan a un gran productor que ofrece precios competitivos.

En la primera mitad de la semana, la escasez de información macro y vinculada con los grandes bancos centrales también hará que los ojos se posen en las tensiones internas en Irán o las negociaciones de Argentina con sus acreedores. En cuanto al primer punto, la subida de los precios de la gasolina sirvió de detonante para un fin de semana de violentas protestas, recordando lo ocurrido en otros países como Ecuador. No obstante, estos episodios siempre esconden escenarios complejos en los cuales los problemas van más allá de un alza de los precios de los carburantes. Sin embargo, lo importante desde el punto de vista de los mercados es que va en aumento la lista de lugares en los que se dan importantes tensiones políticas que juegan en contra de la actividad: Irán, Chile, Hong Kong, Bolivia…

Por su parte, las noticias provenientes de Argentina se tornan agridulces y se suman a otras fuentes de inestabilidad en Latinoamérica. El nuevo presidente argentino señalaba que las negociaciones con los acreedores marchan a buen ritmo, pero lo cierto es que éstas no dejan de ser fruto de la incapacidad del país austral para pagar su deuda. Además, existe un consenso generalizado respecto a que medidas como una ampliación de los plazos de la deuda serán insuficientes para que Argentina pueda hacer frente a sus obligaciones y la quita es la única vía posible.

Al término del 2tr19, la deuda pública de Argentina se situaba en 337.267 mill. $ y, de éstos, el 76,8% se correspondían con obligaciones en moneda extranjera. En conjunto, la deuda pública en moneda extranjera equivalía al 62% del PIB argentino y el círculo vicioso de inestabilidad que, a su vez, lastra al peso argentino hace que la insostenibilidad de la situación vaya a más. De hecho, en su cotización frente al dólar, el peso ha pasado de algo menos de 16 unidades al inicio de 2017 a rozar las 60 unidades en la actualidad.

Las cifras ya evidencian lo insostenible de la situación y, de no renegociarse la deuda, Argentina incumplirá con sus obligaciones tan pronto como el próximo año. En 2020, los compromisos (capital e intereses) con organismos multilaterales y en forma de préstamos bilaterales rondarán los 6.000 mill. $, si bien el problema radica en los compromisos por valor de 16.000 mill. $ en moneda extranjera con acreedores privados.

El ruido y la inestabilidad política siguen tomando fuerza y esto no es una buena noticia, aunque debemos reconocer que la gran clave estriba en qué va a ocurrir con el comercio mundial ya que de este capítulo va a depender, realmente, el desempeño de la economía mundial en 2020. De momento, en el arranque de la semana, el mercado se quedará con la “constructiva” conversación a alto nivel entre EEUU y China del sábado.

Desgraciadamente, el daño ya sufrido por el comercio es evidente como era recogido por las cifras de balanza comercial del mes de septiembre de la zona euro. En términos ajustados de estacionalidad, las exportaciones fuera del área de los países de la Eurozona ascendían a 195,6 mm. € frente a sus máximos históricos de 196,2 mm. € del pasado marzo, confirmando que la incertidumbre derivada de las tensiones comerciales ha coartado una palanca clave de crecimiento para la UEM. No obstante, debemos reconocer que los citados datos de exportaciones de septiembre también deparaban buenas noticias al informar de un avance del 0,7% m. y un patrón durante los últimos meses que permite confiar en su estabilización. Ahora bien, esto no deja de representar un tímido consuelo.

Sin dejar las cuestiones comerciales, los precios de importación de EEUU también deparaban información interesante. Un primer vistazo a los mismos arrojaba una contracción de los citados precios del -0,5% m. liderada por el descenso de los combustibles del -2,9% m., si bien la información relevante emanaba de los datos por países. Los precios de los bienes importados de China volvían a caer y lo hacían en un -0,1% m. que alimentaba su descenso interanual hasta -1,6%. Un comportamiento acorde con que las empresas chinas hayan optado por ajustar parcialmente los precios de sus productos para tratar de mantener su atractivo; estrategia que se ha visto complementada por el uso de terceros países para exportar con el fin de reducir el impacto de los nuevos aranceles de EEUU sobre su demanda.

En este contexto en el cual el comercio continúa en el centro de mira, resultarán claves los PMIs preliminares del mes de noviembre que conoceremos el viernes, en concreto, los relativos al sector manufacturero a lo largo de la zona euro. La industria europea, dado su importante carácter exportador y el alto peso en su actividad de los bienes de capital, se ha visto fuertemente afectada por el escenario comercial generado y vive una situación recesiva en países como Alemania. Sin embargo, ésta es una cuestión ya conocida y las miradas se centrarán en qué debemos esperar del futuro y existen motivos para ser ligeramente optimistas y descontar que el PMI manufacturero de la Eurozona mejore desde 45,9 en octubre hasta 46,7 en noviembre.

El hecho de asistir a palabras amables entre EEUU y China ya es en sí una buena noticia para los industriales, pues diluye la probabilidad del escenario de riesgo acorde con una situación de fractura entre ambas partes. Además, algunos indicadores adelantados de la industria asiática arrojan una mejora relevante e, incluso, el ratio de órdenes sobre inventarios del sector del automóvil europeo se sitúa en niveles de equilibrio. Por lo tanto, no resulta descabellado esperar una mejora de los PMIs manufactureros en la UEM, incluido el referente a Alemania que prevemos escale desde 42,1 hasta 42,9. De forma que en un momento en el que las miradas están centradas en la industria, los tibios repuntes expuestos pueden ser suficientes para que quede en un segundo plano el pequeño paso atrás hasta 52,0 del PMI de servicios de la Eurozona.

Sin dejar los PMIs manufactureros, en esta ocasión cabe señalar que más importante que sus niveles será el cambio de dirección en los mismos ya que da margen para confiar en un avance progresivo hacia un escenario de estabilización de la industria en la zona euro. No obstante, hasta finales de año, la situación en la industria de países como Alemania seguirá siendo muy delicada, aunque en menor medida que en el 3tr19. Desde el punto de vista de la oferta, la citada industria ha sido el gran lastre del PIB alemán en el pasado trimestre, aunque en los próximos días las miradas estarán puestas en los detalles del PIB de Alemania desde la perspectiva de la demanda.

En línea con lo ya adelantado, asistiremos a un tibio avance del gasto público y privado en Alemania durante el 3tr19 mientras que la inversión en construcción también sumará y la destinada a maquinaria caerá. Así, la clave estará en cuánto sumó la demanda externa y, a su vez, en el papel de los inventarios, pues su contribución negativa seguramente sirvió de variable de ajuste para dar forma al crecimiento de 0,084% trim.

En EEUU, en los próximos días, asistiremos a pocas referencias de calado y es por ello que conviene detenerse antes en las referencias que se publicaban el pasado viernes. Entre dichas referencias sobresalían las ventas minoristas de octubre cuyo repunte del 0,3% m. escondía algunas sombras. En primer lugar, las ventas después de excluir autos y carburantes crecían sólo un 0,1% m. y eran revisados a la baja sus datos de septiembre hasta arrojar una caída del -0,1% m., lo cual se traducía en una doble decepción. Luego, el corazón de las ventas daba síntomas de debilidad y, aún peor, el conjunto de dichas ventas sólo crecía un 0,1% m., después de ser ajustadas por el efecto de los precios.

En otras palabras, el consumo privado se mostraba anémico en EEUU en el arranque del 4tr19. Por el contrario, las cifras estadounidenses de producción industrial del mes de octubre resultaban mejores de lo que parecían, a pesar de ceder un -0,8% m. y -1,1% a. En primer lugar, el retroceso de la industria manufacturera era algo menor al situarse en -0,6% m. y éste, a su vez, se veía muy condicionado por la caída del -7,1% m. de la fabricación de automóviles y sus componentes como consecuencia de la huelga vivida por General Motors. De hecho, una vez descontada la industria del automóvil, el descenso se reducía al -0,2% m. y esta cifra aún podría verse afectada por el propio freno automovilístico debido a su impacto en determinados bienes intermedios. Luego, una vez reducido el impacto real total del automóvil, podríamos decir que la industria estadounidense se encontró próxima al estancamiento en octubre.

Por último, en la semana que comenzamos, tampoco habrá que dejar de lado las actas de los últimos encuentros de la Fed y el BCE. En cuanto a las primeras, ratificarán el carácter preventivo de las bajadas de tipos vividas en EEUU y que, ahora, la Reserva Federal ha evolucionado hacia una estrategia de “esperar y ver” condicionada a los datos estadounidenses. Respecto a las segundas, éstas tendrán un valor menor al corresponderse con una reunión presidida por Draghi que ya ha dejado la entidad y cuya forma degestionar el BCE atesora diferencias con lo que podemos esperar de Lagarde. La francesa tiene intención de reevaluar y reconsiderar las grandes líneas de acción de su antecesor, pero en la práctica no cruzará la línea de lo políticamente correcto y hará menos de lo que deja entrever.

Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.

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