Panorámica semanal: Jackson Hole en el foco de atención

El principal punto de interés en EEUU se situará en el valle de Jackson Hole en Wyoming, donde los “primeros espadas” de los bancos centrales volverán a darse cita y tratarán de restar algo de protagonismo a la turbulenta actualidad política estadounidense. Los estímulos económicos prometidos el pasado noviembre siguen sin llegar y, aún peor, no se ha puesto solución al techo de la deuda y los presupuestos del próximo año afrontan un horizonte gris, mientras que Trump pierde apoyos entre las filas republicanas.

Las tensiones entre cargos de peso en la nueva Administración van en aumento y los últimos acontecimientos han llevado a que se resquebraje el apoyo al nuevo presidente en el mundo de los negocios, provocando la disolución de los consejos consultivos conformados por la Casa Blanca y los primeros ejecutivos de grandes compañías.

El viernes, conocíamos una nueva renuncia entre los asesores de Trump, en esta ocasión, la de una persona de peso como Carl Icahn que estaba comprometido con la reforma regulatoria, aunque un supuesto conflicto de intereses estaría después de esta circunstancia. A cambio, también el viernes, se conocía la marcha de la Casa Blanca del polémico asesor Stephen Bannon, lo cual podría ayudar a rebajar las tensiones en el corto plazo.

Sin embargo, con independencia de las distintas interpretaciones que puedan realizarse de lo expuesto, no se puede negar que los últimos acontecimientos vienen a evidenciar la falta del necesario consenso para articular, en tiempo y forma, los prometidos estímulos. En base a ello, en IM mantenemos nuestra visión prudente hacia el crecimiento de EEUU, a pesar de las estimaciones favorables para el 3tr17 esbozadas por los modelos de la Fed de Nueva York y Atlanta. El primero apuntaba un avance del 2,09% trim. a. debido a “las sorpresas positivas de las ventas minoristas y las encuestas y datos de producción del sector industrial que superaron las sorpresas negativas de los datos del sector residencial”, mientras que el segundo era todavía más optimista al señalar un avance del 3,8% trim. a.

Las anteriores previsiones se veían también respaldadas por las cifras mejores de lo esperado de la confianza de la Universidad de Michigan, la cual se situaba en 97,6 en agosto y alcanzaba sus mayores niveles desde el pasado enero. Un hecho posible gracias a la fuerte mejoría de las expectativas, además de a la positiva lectura de la evolución de las finanzas personales en el futuro. Así, a la espera del impacto de los últimos acontecimientos en las cifras de confianza de septiembre, lo cierto es que los niveles actuales de la estadística de la Universidad de Michigan serían acordes con un avance del consumo personal de un 2,4% en 2017.

No obstante, existen motivos para que las dudas de fondo perduren y éstas empiezan a ser cotizadas en el mercado. En esta línea, se erige como bastante interesante el comportamiento del índice americano Russell 2000 que está conformado por las compañías de menor capitalización que, normalmente, están más expuestas a la economía nacional. En julio, dicho índice alcanzaba sus máximos históricos y, desde los mismos, ha cedido algo más del 6%, coincidiendo con las dificultades observadas en el periodo pre-vacacional para que la Administración Trump sacase adelante su agenda económica. No obstante, tampoco debemos negar que dicha corrección se producía después de que “se descontase todo lo bueno”, avanzando el Russell 2000 casi un 25% desde los mínimos de noviembre hasta los máximos de julio; cifra que ahora se reduce al 16%.

El anterior comportamiento se da en la antesala de un septiembre que puede ser más complejo de lo habitual. La decisiva reunión de la Fed se sumará al intenso debate político sobre cuestiones clave, en un mes que de por sí suele ser difícil en la renta variable al caracterizarse por la mayor volatilidad y ser propicio para los retrocesos. Una circunstancia que coincide con el S&P500 cotizando unas 17,7 veces los beneficios empresariales esperados, no muy lejos de las cifras de marzo cuando se alcanzaron los mayores niveles desde 2004.

En las próximas semanas, en al ámbito de la economía financiera viviremos a la sombra de las dudas, aunque en los próximos días los datos de la economía real de EEUU no serán revolucionarios. Los PMI estadounidenses de agosto seguirán apuntando la continuidad de un crecimiento moderado e indicarán que gran parte del empresariado todavía da un “voto de confianza”, amparados por la aceleración de la economía en el 2tr17. Un hecho que todavía se dejará sentir en el índice de la Fed de Chicago al consolidar sus mejoras en julio, contrastando con el patrón más estable de las ventas de viviendas nuevas que rondarán las 610 mil. a. en julio. Esta cifra se ve limitada por la oferta existente y, de hecho, el promedio del número de viviendas finalizadas en los últimos seis meses se sitúa en 1,17 mill. a. frente a 1,08 mill. a. del pasado enero, dando muestra de su avance contenido. Por el contrario, las ventas de viviendas de segunda mano registrarán un comportamiento algo más dinámico, pues se situarán en 5,6 mill. a. en julio pero manteniéndose por debajo de su pico de marzo.

Como podemos observar, cifras sin grandes novedades, al igual que ocurrirá con el abrupto descenso del -6,0% m. de las órdenes de bienes duraderos de julio en EEUU, el cual vendrá a reflejar la normalización de los pedidos de aviones. Luego, deberemos quedarnos con la ligera mejora de dicho indicador sin tener en cuenta los pedidos de bienes de transporte, manteniéndose en positivo por tercer mes consecutivo.

Sin grandes novedades en el campo de los indicadores americanos, permaneceremos a merced de la imprevisible política estadounidense y, en la parte final de la semana, del encuentro de Jackson Hole. Éste dará cita a las principales figuras de los grandes bancos centrales bajo el título de: “Fomentando una economía mundial dinámica”. En el pasado, este encuentro ha generado importantes titulares y no debe ser descuidado, a pesar que desde el BCE se haya apuntado que las intervenciones de Draghi se centrarán en la temática de la cita y se abstendrá de afrontar aspectos sensibles de la política monetaria. Así, cuestiones como la productividad, la inversión y la mejora de la educación deberían dominar el discurso del italiano.

En suma, dada la cercanía de la reunión del BCE, el 7 de septiembre, se antoja probable que Draghi tenga un perfil bajo en sus intervenciones, “aunque nunca se sabe”. Mientras tanto, Yellen hablará de estabilidad financiera el próximo viernes, lo cual sí daría margen para afrontar el futuro del balance de la Fed y generar algo de movimiento en el último día de la semana. En el pasado, las condiciones financieras han sido decisivas para explicar los pasos de la Reserva Federal y, días atrás, el presidente del distrito de Nueva York señalaba que su tono laxo, a pesar de la continuidad de la estrategia de salida, daba margen para seguir adelante.

En Europa, la agenda macro estará más animada y los indicadores adelantados darán muestra de ello. Por un lado, el miércoles, los PMI preliminares de la zona euro correspondientes a agosto no deberían poner en entredicho su fortaleza al registrar mínimos cambios. En el caso del índice manufacturero, los niveles de 56 darán prueba de la expansión dinámica del sector secundario y enfatizarán que lo observado en la producción industrial de la Eurozona en junio fue un tropiezo. De hecho, la buena salud del sector fabril de la UEM está fuera de dudas como indica el índice de órdenes industriales del agregado del área, el cual se sitúa en máximos no vistos desde 2008 (117,1).

Por otro lado, la estimación preliminar del PMI servicios de la UEM se mantendrá en 55,4, nivel acorde con una fuerte expansión de la zona euro, en línea con los meses anteriores. Asimismo, no habrá que dejar de lado la confianza de los consumidores elaborada por la Comisión Europea, cuya leve mejoría apuntará su buena sintonía al situarse en -1,5 frente a los mínimos del año de -6,4.

De manera que el sentimiento positivo con respecto a la evolución de la actividad de la Eurozona no quedará en entredicho y, de hecho, será respaldada por los IFOs alemanes de agosto (viernes) que, si bien moderarán levemente con respecto al mes anterior, continuarán en niveles máximos desde la reunificación alemana. Una situación que, unida a la buena sintonía de las expectativas, reafirmará la continuidad de los avances de la economía alemana en el corto plazo.

Sin dejar Alemania, otro foco de interés vendrá de la mano de la confianza de los analistas e inversores del país, plasmada en la encuesta ZEW (martes). En este caso, más que el análisis en clave germana, será interesante la percepción atesorada de otros países. Respecto al primer caso, el recogido por el índice de difusión, observaremos pocos cambios acordes con un escenario de sólida confianza en la locomotora europea, a pesar de los retrocesos de las expectativas. Más allá de Alemania, la confianza hacia el momento actual de la Eurozona seguirá en niveles máximos y será reforzado por su lectura trimestral. De forma que el contrapunto será EEUU, donde la partida de expectativas seguirá mostrando el recelo hacia las políticas del Ejecutivo de Trump; de hecho, su índice en julio se situaba en 7,6 puntos frente a los 45,6 atesorados en enero. Por otro lado, del ZEW también nos interesará la interpretación de la inflación que será algo más favorable para la UEM frente a la mayor prudencia atesorada para el caso de EEUU y Japón.

Los indicadores adelantados serán completados por la confianza de los consumidores galos que recogerá las fricciones generadas por algunas de las propuestas de Macron. Tampoco habrá que dejar de lado otras referencias de calado en el Viejo Continente, como los PIB finales del 2tr17 de Alemania y España. En el caso germano (+0,6% trim.), se confirmará el impulso del consumo de los hogares, el gasto público y la inversión frente al drenaje de la demanda externa. En cuanto a las cifras de España, se confirmará el crecimiento del 0,9% trim., gracias a la fortaleza del consumo y la inversión, a lo que habrá que unirle la aportación positiva de la demanda externa favorecida por la contribución del turismo. Por último, tendremos la segunda estimación del PIB británico, la cual recordará el papel clave del sector terciario en el crecimiento del +0,3% trim. como consecuencia del avance del consumo.

Fuera de Europa, en Asia, el IPC nipón de julio (viernes) continuará lejos del objetivo del 2% del BoJ. Las cifras niponas no acaban de ilusionar, aunque algunos indicadores como el PIB o la producción industrial supusiesen un soplo de esperanza, de manera que habrá que estar atentos a cualquier variación de su agregado subyacente.

Desde la perspectiva de los emergentes, las dudas que genera el incierto rumbo de la política de EEUU, también fuera de sus fronteras, hace fuerza común con las tensiones vividas en algunos países. Así, la convivencia de esta situación con un buen año de las bolsas en dichos emergentes ha facilitado la toma de beneficios en este campo. Por ejemplo, el índice MSCI de mercados emergentes se revalorizaba cerca de un 25% en el año hasta principios de agosto; cifra que en la actualidad se reduce hasta rondar el 23%.Una situación que se reflejaba en las primeras salidas netas en cinco meses de los fondos de renta variable emergente, las cuales alcanzaban los 1,6 mm. € en el periodo semanal comprendido hasta el 16 de agosto. No obstante, a pesar de ese pequeño paso atrás, el conjunto de fondos que invierten en emergentes habría recibido entradas por valor de algo más de 90 mm. $ en 2017.

En los próximos días, el escaso flujo de noticias en el ámbito emergente continuará dejándolos a merced del ruido político global, aunque el trasfondo para estos países desde el punto de vista fundamental  se caracterice por un sesgo algo más positivo de lo descontado meses atrás. Mientras tanto, en otros emergentes como Brasil, el descenso del IPC de agosto reforzará las probabilidades respecto a que su banco central recorte el tipo de interés SELIC.

Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama

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